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𝙿𝚝²

𝐻𝑒𝑒𝑠𝑒𝑢𝑛𝑔 𝐿𝑒𝑒.

Luego de haber rechazado la cita con él amor de mi vida. Me arreglé para ir a esa fiesta tan "genial" según Jongseong. Mi vestimenta era de lo más simple, unos jeans negros y una camisa holgada. Todo sea por no llamar la atención de nadie. Terminé de arreglarme el cabello y llamé a Jongseong para que pasará por mí.

-¿Vendrás a recogerme? -pregunté.

-Bro, estoy esperándote fuera de tú casa desde hace quince minutos.

-Eso es raro -hablé para luego colgar la llamada y salir afuera de casa.

-¡Hey, Lee! -exclamó feliz.

-¡Hey, tonto Park! -saludé con infelicidad.

-¿Nos vamos ya? -preguntó.

-Si quieres, primero tomamos un té mientras miramos Barbie y comemos galletitas, pero solo si quieres, eh.

-Tonto.

El viaje estuvo de lo peor, Jay cantando y escuchando música en idioma extraterrestre y todo el tiempo restante fueron él y Seonwoo en llamada diciendo de las cosas más irritablemente dulces.

-Ya llegamos, campeón. -indicó.

-Amigo, te quiero muchísimo, pero cuando hablas así me recuerdas a mi padre.

-¿Y eso es malo?

-No, solo que me da esperanzas.

-¿Esperanzas de qué?

-De que algún día vuelva.

-Joder, Lee, perdóname, que tonto soy.

Realmente no me molestaba ni me daba esperanzas de nada, yo comprendía que papá era un completo inadaptado social forrado en dinero que seguramente estaría follándose a una tipa en este momento, aunque Jay no sabe de eso. Él cree que papá está muerto y fue porque así lo quise yo, nadie sabe de papá excepto Sunghoon.

-Tonto es poco, eres un idiota, maleducado, pareces un gato y eres muy, pero muy manipulador . . . y raro.

-, sí ya entendimos, mejor dime que me odias. -soltó molesto.

-Park . . . te odio.

-¡Oye! ¡No te tomes todo literal, tengo un corazón muy blando!

Reí y lo empujé fuera del auto. Cuando entramos a la gran mansión, nos recibió un mar de gente y un bullicio ensordecedor. Las luces parpadeantes iluminaban el lugar creando un ambiente alocado. Caminamos entre la multitud, tratando de encontrar a nuestro anfitrión, Jungwon. La música vibrante y las risas llenaban el aire mientras nos abríamos paso hacia la pista de baile. Era evidente que la fiesta estaba en pleno apogeo y "estábamos" emocionados por unirnos a la diversión.

-¡Hey, chicos! -exclamó Jungwon saliendo de entre la multitud.

-¡Hey, Yang! -saludó mi acompañante.

𝗡𝗜𝗡𝗘 𝗪𝗢𝗡𝗗𝗘𝗥𝘀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora