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-A dormir, Elizabeth, no me hagas entrar a tu cuarto- se escuchaba una voz masculina que pasaba por el pasillo

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-A dormir, Elizabeth, no me hagas entrar a tu cuarto- se escuchaba una voz masculina que pasaba por el pasillo.

La chica presurosa apago las luces de su cuarto, y se quedo en completo silencio hasta que pudo escuchar como la puerta del cuarto de sus padres se cerraba. Aguardo en aquella posición por un par de minutos, al ver que ya solo estaba presente el silencio de la noche, encendió su lampara de mesa y abrió el cajón sacando una pequeña linterna para volver a leer.

POV carta
Quería Ofelia

Si pudieras ver lo que hay en mi corazón y entender lo que albergo en mi mente, entenderías por qué no puedo ahora ir a verte.

Cada madrugada me levanto para mirar al sol erigirse, recordando que también tú lo estarás viendo y tendremos algo en común. Trato de no apesadumbrarme recordando nuestros encuentros furtivos, en los que salíamos a cabalgar y mirar las estrellas, y donde te dedique canciones con un banyo viejo, tus ojos y tu hermosa sonrisa eran mejor que cualquier paga, escuchar tu voz contándome tus anécdotas o cualquier cosa que te haya pasado en el día para mí era como música del cielo, tu andar siempre elegante que hacia bailar las ondas de tu falda al compas de tus caderas era todo un espectáculo digno de admirar incluso por los mismos reyes, pero era algo que solo yo podía presenciar, tu forma de ser algo "torpe" como solías mencionar, mas bien yo le llamaría arte, simplemente toda tu era arte para este miserable ser.

Quiero que sepas que a pesar de no tener noticias tuyas, guardo la fe de que nada malo te ha sucedido, te envió mil besos y ruego al cielo que te guarde.

Por siempre tuyo
A. N

POV fin carta

La joven giraba de un lado al otro sobre su cama releyendo cada carta e imaginándose al escritor de estas, habían incluso collares, postales, relicarios y otros objetos un tanto curiosos.
Para la Elizabeth, no era más que una maravillosa forma de expresar amor de aquel caballero, no había duda ella también había caído cautivada ante las palabras y detalles que enviaba A.N a su prometida.

¿Cómo es tu nombre real sr A.N? Pensó.

Cuando tuvo la maravillosa idea de averiguar quién había sido aquel hombre y porqué las cartas se encontraban en la casa de su bisabuela, la curiosidad la invadió por desentrañar todo lo que se escondía detrás de aquellas cartas.

De repente el flash de una cámara la sobresalta.

-Papá, Elibe, está despierta aún-exclamó un chico cerrando la puerta del cuarto de la joven tras si.

-¡Rowan, me las vas a pagar!-dijo, corriendo hasta la puerta y asomarse por esta viendo a su hermano riéndole desde el cuarto de él.

Elizabeth salió de su habitación para darle un golpe a su hermano en el brazo pero el fue más rápido para esquivarlo y esta se chocó de lleno contra la pared conteniendo sus ganas de gritar, mientras que su hermano se reía a voz baja.

Ambos se decían disparates en susurros, y uno que otro manotazo salía a relucir.

-Ambos vayan a dormir no me hagan levantarme- Habló aquel hombre desde su cuarto con tono firme y demandante.

Ambos jóvenes que luchaban por soltarse las manos y dar el siguiente golpe quedaron estáticos, mirándose fijamente y luego a la puerta del cuarto de sus progenitores, cuando hubieron visto una ráfaga de luz salir por la parte baja de aquel objeto de manera. Elizabeth, que estaba más lejos de su cuarto lucho para que su hermano le soltara la mano y ella correr hasta su habitación, pero él no se lo dejó tan fácil.

-Suéltame, a ambos nos van a castigar- suplicó molesta, dándole una patada como última opción, lo que le ayudó mucho a su escape -Me las vas a pagar.

Corrió hasta su cuarto, y Justo cuando iba a entrar la puerta del cuarto de sus padres se abre.

-Elibe y Rowan, están ambos castigados, no se ven tan grandes para tener este relajo, mañana hablaremos de su comportamiento -dijo una mujer asomándose por la puerta.

24 horas para enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora