14

155 31 13
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Se despertó al amanecer con su cuarto inundado de su aroma, mareándolo en primera instancia. Como pudo alzó su torso y estiró su mano hacia la cómoda al lado de su cama, sosteniendo el tarro de sus supresores y consumiendo uno antes de tomar del vaso de agua que había puesto ahí antes de dormir.

Volvió a recostarse con un suspiro pesado mientras esperaba a que la pastilla hiciera efecto, estaba jadeando por el calor y en un intento de ver el techo y no pensar en nada terminó pensando en todo, sobre todo lo sucedido ayer.

—Dios, esto es repugnante. —se dijo a sí mismo. No se llevaba muy bien con sus días de celo.

Tomó su celular para distraerse, pensando en sí llamar a la tutora de Fresh para que le contara cómo se encontraba, pero decidió dejarlo en paz. Siguió navegando por su lista de llamadas registradas hasta que se encontró con el número de D'Glamour, dejándolo pensativo por unos segundos. Había dicho que le devolvería la llamada, cosa que dijo hace ya unos días que ni recordaba cuántos fueron.

—¿Qué me queda después de todo? —con su respiración más calmada decidió llamar al número. —No perderé nada. 

Estuvo timbrando por unos segundos antes de que la llamada fuese respondida, escuchando la energética voz de la mujer.

—¡Geno! ¡Me alegro muchísimo que ya te hayas decidido! —su habla era constante y veloz, sin dejar al contrario responder. —Nos encontramos hoy al mediodía en la cafetería Cherry Vinci, queda en el centro. ¡Nos vemos! 

—¡¿Espera, qué?! —trató de hablar lo más rápido que pudo, pero la llamada ya había sido colgada. —¿"Decidido"? ¡Ni siquiera me dejo saludarla! ¡Pudo haberse confundido de número y no saberlo! —se quejó en voz alta, frustrado por la idea de que ya lo habían comprometido a algo en lo que ni siquiera pudo opinar. —Ugh... —dejó su celular a un lado y volvió a tirarse en cama, mirando el techo con calma al sentir que el supresor hizo efecto. —Ya que, de igual manera yo fui el que llamó.

Se levantó de la cama y fue al baño, revisando de paso la habitación de Error, este seguía dormido. Suspiró de felicidad, por fin su hermanito descansaba en casa y quizá con el paso de los días pueda ser de apoyo como debió hace tiempo. 

Con una sonrisa siguió con lo suyo, pensando por lo que tendría que pasar hoy.

—Va a ser un día malditamente pesado. —y abrió la llave de la ducha, viendo por un momento el agua correr.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasarela [AfterDeath]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora