Capítulo 4

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-- Ahora, dinos que recuerdas... -- exigió Crowley parandose justo frente al gran Arcángel Supremo.

-- Yo... -- balbuceó, tener al demonio tan cerca hizo que se sintiese algo disminuido. Pero no por miedo a él, o algo parecido. Sino que se sintió vacío.

No podía recordar nada, nada más allá que una imagen borrosa del rostro de Crowley envuelto en hermosas nebulosas de colores brillantes, y la fascinación de este plasmada en su rostro.

-- No recuerdo nada... -- soltó decepcionado de si mismo.

-- Intente recordar algo Sr. Fell, nos servirá para ayudarle... - intervino Muriel regalándole una sonrisa reconfortante.

-- No se que decirles, solo se que de pronto me encontraba bajando por un asensor que me dejó en está caótica calle. Salí y cuando trate de recordar algo, vi a un hombre muy molesto salir aquí, y pude verte a ti. -- dijo señalando a Muriel -- Entonces entre aquí y comenzó esta locura.

-- ¿Un hombre molesto? -- cuestionó Crowley, mirando a Muriel pidiendo explicaciones con un leve tono de preocupación paternal en su voz.

-- Quería un libro que no podía venderle. --  respondió quitandose importancia elevando los hombros.

Crowley solo asintió, habia que volver a lo importante.

-- Ustedes parecen conocerme y yo no puedo recordar siquiera sus nombres... -- soltó comenzando a hiperventilarse, entrando en una especie de crisis.

Este vacio en su memoria lo estaba volviendo loco, no podía entender como es que sabia como hablar o como es sabia como se llamaban las cosas, sin tener siquiera un momento en su memoria. Ni uno solo.

-- Muriel, ve preparale su té. --ordenó Crowley, e inmediatamente se fue a la cocina, dejandolos solos--. Respira Ángel...

No debía presionarlo tanto, era probable que hace media hora en el Cielo estaba siendo el Arcángel supremo y ahora estaba aquí, siendo un simple humano en la tierra.

-- Siéntante aquí... --soltó con culpa, señalandole el sillón que seguía donde mismo lo había puesto.

Pero Azirafel no se movia, estaba estático con la mirada perdida. Así que tuvo que tocarle el hombro con suavidad, para no alterarlo más de lo que ya estaba. Entonces el Ángel lo miró y el demonio pudo ver como se empezaban a formar lagrimas en sus profundos ojos azules, lo que le partió el alma.

No era como se imaginaba el reencuentro.

Tratar con Gabriel desmemoriado no habia sido tan dificíl, es decir, solo polulaba por los pasillos de la Librería tratando de entretenerse solo. Pero eso fue con Gabriel, este es Azirafel, quien podía no recordar nada pero seguía siendo él, con su personalidad dulce y preocupada.

-- Ven, te ayudare a recordar... -- dijo tomando la mano del Ángel para guiarlo al sillón, una vez que este estuvo sentado se ubicó en frente de él para hablarle y que le pusiera toda la atención que tenía. -- Eres inteligente así que te diré la verdad.

Inspiró profundamente y bajo la mirada atenta de Azirafel, decidío hacer lo correcto.

-- Tuviste un accidente, por eso todo es confuso para ti. Pueden haber cosas que recuerdes que son verdad y otras que no lo son. --odiaba tener que hacer esto, pero debia ocultarlo de todas las formas posibles. Si el cielo no lo buscaba, el infierno si. Y no queria imaginar que harian los de su ex- equipo con la excusa de iniciar la guerra otra vez.

-- ¿Y cual es mi nombre? -- preguntó un poco más aliviado. Un accidente le hacia sentido a su falta de memoria.

-- Tu nombre es... Ángel Fell... -- no se le ocurrió nada más.

Feather (AziraCrow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora