Lupe***
Lo observe el primer día de clases, luego de esperar un día entero para poder terminar mi jornada de estudios, me encuentro con que todavía faltaba una clase más, en ese preciso momento pensé que la vida es poco justa, la noche se hizo para descansar y no para tener dos horas de lectura sobre el arte antiguo en mi cabeza, con un grupo de desconocidos que a mi parecer se veían algo distantes unos de los otros, así es siempre que comienza un nuevo grupo, se tardan en trazar lazos, al comienzo son solo saludos de cortesía, con el pasar de las semanas ya sabes quienes son quienes y a cuales de estos podrían ser considerados compañeros. Preparada para entrar y salir lo más rápido posible de aquella clase me dispuse a tomar camino al lugar donde estaría una vez a la semana, de 6 a 8 pm durante los próximos 4 meses.
-¿Sera que habrá algún chico lindo que nos ayude a pasar esta primera noche?
Me voltee, absorbida en mis pensamientos había olvidado que Nicol iba a mi lado, aquella chica que llevaba años a mi lado, de una estatura de casi 1,75, con un cabello lizo tan oscuro como el color de sus ojos y su color de piel algo más clara que el tono chocolate, con su celular en mano, sabía que estaba escribiendo algún mensaje a José, ya que últimamente estos dos no hacían más que hablar y hablar por horas, aunque ella me lo negara sabía que sus sentimientos iban más allá de una amistad. No la mire directamente a los ojos, ya que sostenía la puerta del salón para que ella pasara y con una sonrisa pícara le dije:
-Espero que sí, ya que no he alimentado mi vista últimamente.
Entramos al amplio salón, el cual era ocupado por aproximadamente unas 50 sillas, ya la mayoría ocupadas, tenía dos grandes ventanas que permitían observar el pequeño paisaje que se presentaba después de aquellas paredes, tenía solo un ventilador, para mala suerte mía, este se encontraba al otro extremo de a dónde nos dirigíamos, pasamos unas cuantas sillas ocupadas por algunas chicas, estas nos observaron mientras las pasábamos, luego observe a algunos chicos, nada del otro mundo, solo 2 lograron llamar mi atención pero no más de lo que yo quería. El primero era casi de mi estatura, algo corpulento, con una gran muestra de bellos en su cara que formaban una excelente barba, la cual lo hacía ver más atractivo de lo que realmente era, tenía los ojos de un café oscuro, un par de cejas muy rellenas y una sonrisa que podría volverme loca de no ser porque cuando comenzaba a detallarla muy bien, mis ojos se cruzaron con aquellos ojos, que en silencio me dijeron "nunca nos olvidaras" eran de un color algo difícil de explicar, ya que se confundían con el color del mar, pero algo en ellos te hacia querer adentrarte en ese color tan suave pero intenso a la vez, mientras los observaba me di cuenta de lo tonta que iba a ser, ya que en menos de dos segundos aparte la mirada y la dirigí a nicol, la cual observaba lo que el profesor ya se disponía a escribir en el tablero ( no me había terminado de sentar y ya me quería ir de aquel lugar).
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Pasaron los primeros minutos y de la nada, uno por uno de los personajes que ocupaban el salón se iban levantando y se presentaban, esto no me sentaba muy bien, lo de hablar en público nunca había sido mi fuerte, siempre terminaba enredando las palabras o me ponía tan nerviosa que las palabras no me salían; y esta se disponía a ser una de esas ocasiones en las que mi respiración se aceleraba y temblaba como un gato en el agua.
Me estire un poco y le susurre a nicol.
-Creo que vomitare en cuanto este profesor me dé la señal de levantarme
Esta se rio y atrajo la de atención de algunos
-Solo dime cuando quieras vomitar y te llevare al lado de aquella niña que nos mira como si fuéramos unos fenómenos - Diciendo esto miro hacia una chica, la cual si no estaba mal se llamaba María, esta era algo baja, no creo que pasara del metro con 60, tenía el cabello ondulado recogido en una cola de caballo, sin una gota de maquillaje mire aquellos ojos que solo destilaban asco en dirección de mi amiga y la mía.
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Tu Reflejo En Las Sombras
Genç KurguPorque cada vez que veo aquellos ojos no puedo evitar fundirme en el mar de secretos que quisieran que se abrieran a mí, solo hay algo que se con certeza, detrás de aquellos ojos se esconde un corazón dolido, abandonado y prisionero de la oscuridad...