"La adicción de Tim"

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*16 de noviembre 3 am*
Un llanto se oye a lo lejos, la sirena de la ambulancia no para de sonar.
Me encontraba tirado al lado de mi cama, saliva caía de mi boca, mis ojos perdidos no diferenciaban las sombras que me gritaban, mis brazos lastimados ardían como fuego, mi cuerpo se encontraba rígido de tanta heroína consumida, creo no fue bueno mezclarla con crack...
No sabía ni siquiera en dónde me encontraba, mi entorno lo desconocía, sonidos, olores, sabores y demás. Desperté en una camilla de hospital, un tubo introducido en mi boca el cual llegaba a mi sistema digestivo, sueros por doquier, parpadeando varias veces para acostumbrarme a esas luces de hospital ví la silueta de mi padre Lev, lucía decepcionado, triste y enojado al mismo tiempo, su mirada estaba tan cansada que me sentí culpable, ni siquiera recuerdo lo que hice.

- Hijo...en este momento se que no entiendes lo que sucede pero debo contarte para que estés al tanto. Ayer tuviste una sobredosis, estabas encerrado en tu habitación como siempre y...bueno... subí a querer darte tu cena de siempre. Me decepcionaste Timothy, mi corazón está hecho pedazos, estabas todo pinchado y...
-sollozando- hijo, hice todo lo que pude para sacarte de esto pero ya no puedo más... Te ofrecí cualquier tipo de ayuda pero todavía sigues haciendote daño ¿Quieres morir? ¿Quieres matarme de un susto? ¿Que sucede por ti cabeza?

Su mirada llena de lágrimas me destrozó el corazón en pedazos, pero pedazos tan pequeñitos como para casi dejarlo pulverizado ¿Que hice? ¿por qué hago sufrir a mi padre de esta manera?

- Timothy, si quieres morir hazlo, si quieres seguir con esta vida miserable hazlo, pero te aviso por última vez, que si quieres seguir con este maleficio no volverás a ver mi rostro jamás. Mi paciencia es mucha hijo, pero mi alma ya no quiere sufrir más.

Esas palabras... Esas palabras jamás me las quitaré de la mente, su rostro asqueado y su mirada agotada me dijeron que debía parar, dolerá obviamente, pero debo detener está tortura.

*10 meses atrás*

Tim-
Me encontraba en el instituto, era mi último año de secundaria y algunos amigos me invitaron a una fiesta en casa de un tal William meses antes de mi graduación, fue una mala idea.
En esa fiesta se detonó mi adicción, mi pudredumbre.
Comenzamos normal, música, una que otra botana y alcohol, algo tranquilo hasta que llegó Ruddy para llevarnos al patio de atrás en el cual no estaba nadie. Quedamos en el patio muy tranquilos hasta que uno de mis amigos sacó un par de cogollos de marihuana para armar cigarros. No voy a mentir, siempre tuve esa curiosidad de probar algo indebido, algo prohibido. Siendo joven cometes muchos errores "una probada no hace daño" me dije a mi mismo, fue lo peor.
Prendieron el cigarro armado y fumamos por un rato, se sentía maravilloso, era como tocar las nubes con la mano.
Poco después ese tal William llegó al patio donde nos reunimos, nos pescó fumando pero no estaba enojado, si no feliz.
Nos llevó a su habitación para mostrarnos algo más "placentero" era la famosa heroína.
El primer pinchazo se siente como un piquete de avispa, duele mucho pero a lo largo el ardor sube por todo tu cuerpo dejando una sensación hermosa de éxtasis...o eso creí todo este tiempo.
Llegué a casa a las 4 AM, mi padre Lev me esperaba con mucha urgencia y Scott se encontraba molesto al no poder dormir, se ve que papá Lev le obligó a quedarse despierto y yo... Estaba muy drogado.

-Mi amor ¿Dónde estabas? ¿por qué no contestas mis llamadas? -frunce el entrecejo- ¿Tim? Diablos estás frío, ¿Que tomaste?

- Hey, contesta a tu padre. ¿Dónde estabas y que tomaste? -Objetó Scott-

"Blue Hair"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora