Notas bajo el umbral (Tom Hiddleston & Matthias Schweighöfer Fanfiction)

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Abro lentamente los ojos, por unos segundos no sé por qué desperté en la habitación de invitados, pero rápidamente recuerdo el drama que vivimos anoche. Trato de acomodarme en la pequeña cama, pero Tom está aferrado con fuerza a mi cuerpo, me quedo quieta cuando escucho un pequeño quejido salir de su boca antes de que sus ojos se abran, él me mira confundido, pero de un segundo a otro sus ojos me dicen que recordó todo.

-¿No fue un sueño? – Murmura.

-No. – Susurro.

Tom suspira mientras se sienta en la cama, lentamente apoya su espalda en el respaldo de la cama para quedar con la mirada perdida. Observo a Tom en silencio, no sé qué decir para que se sienta mejor, los segundos se convierten en minutos y él aun sigue inmóvil.

-¿Qué te gustaría desayunar? – Pregunto sentándome junto a él para sacarlo del trance.

-No tengo hambre. – Dice desganado.

-Debes comer, – Le digo colocando mi cabeza en su hombro. – aunque sea un poco.

Tom apoya su cabeza en la mía con suavidad mientras busca mi mano.

-Gracias por no dejarme solo. – Dice casi en un susurro.

-Siempre estaré cuando me necesites. – Digo mientras acaricio suavemente el dorso de su mano.

-Yo también estaré para ti. – Murmura.

Luego de varios minutos, logro que Tom salga de la cama. Él me ayuda en silencio a preparar el desayuno, cuando terminamos, nos sentamos a la mesa a comer envueltos en un aura de tristeza. Miro a Tom masticar lentamente la tostada mientras mira la mesa, de la nada comienza a frotar su cara con frustración.

-¿Qué pasa? – Pregunto tratando de sonar tranquila.

-Había olvidado que hoy tengo presentación. – Dice para dar un fuerte suspiro.

-¿A qué hora es la presentación?

-A las 17:00. – Murmura.

-¿Alguien te puede reemplazar? – Le pregunto preocupada.

-Creo que sí, pero... no es necesario. – Suspira cansado. – Puedo hacerlo.

-Si quieres te puedo acompañar. – Le digo con suavidad.

-No quiero arruinar tu domingo. – Dice con tristeza.

-No digas eso, estaré encantada de acompañarte, así aprovecho de conocer a tus amigos. – Digo tratando de sacarlo un poco de sus pensamientos.

Tom no dice nada, solo asiente con la cabeza.

-¿Qué pasa?

-Todos me van a preguntar por... ella y no sé que voy a decir, todos nos conocen y... no sé... – Dice para dar un fuerte suspiro. – La conozco, sé que ella es capaz de ir está tarde al teatro... no sé qué haría si eso pasa.

-Si te preguntan solo di que ella tenía cosas que hacer y que tal vez va a llegar más tarde, luego los distraes conmigo. Ahora si ella llega al teatro, no te preocupes, yo me encargo de ella... de manera cordial. Te puedes quedar tranquilo porque no te dejaré solo.

-Gracias. – Dice mientras me regala una suave sonrisa.

Las horas avanzan con lentitud, pero al fin es tiempo de ir al teatro. Voy conduciendo el automóvil de Tom mientras él va mirando partituras, con ansiedad le ruego al universo una y otra vez que la presentación de Tom salga bien. Después de varios minutos de viaje llegamos al teatro, manejo lentamente por el estacionamiento del lugar y después de unos minutos al fin me puedo estacionar. Apago el automóvil y miro a Tom guardar las partituras que estaba mirando, cuando las guarda lo observo tomar aire para relajarse.