prólogo

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En el año 115 d.C, la princesa Rhaenyra, heredera al trono de Poniente, dio a luz a dos gemelos. Un niño y una niña, ambos con cabello oscuro y ojos azules tan bellos como los de su hermano mayor, Jacaerys. Estos pequeños heredaron también características de sir Harwin Strong.

El niño fue llamado Lucerys Velaryon, por decisión de su abuelo, Corlys Velaryon, uno de los señores más poderosos de los Siete Reinos. La niña fue nombrada Visenya Velaryon, en honor a la esposa del conquistador, Aegon el Conquistador. Desde muy pequeños, los gemelos eran inseparables y, al mismo tiempo, muy traviesos.

Visenya, siendo la más traviesa de los dos, siempre encontraba la forma de meterse en problemas. Pero Lucerys era capaz de ocultar sus propias travesuras o incluso asumir la culpa por las de su hermana. Parecía que, para él, no había nada más importante que proteger y complacer a Visenya.

Aunque eran tan jóvenes, ya se podía notar algo especial en ellos. Lucerys era un niño amable y generoso, siempre dispuesto a ayudar a los demás, mientras que Visenya, a pesar de su corta edad, ya mostraba una personalidad malvada y manipuladora. Ella sabía cómo aprovecharse de la dedicación de su hermano, y lo utilizaba para sus propios fines.

Una de las travesuras más recordadas de los gemelos ocurrió cuando Lucerys le arrebató el ojo a su tío Aemond. Aunque inicialmente se creyó que lo había hecho para defender a Jacaerys, en realidad, fue Visenya quien había dado la orden. A pesar de ser una niña, ya demostraba una personalidad que sorprendían a todos los que la conocían.

A medida que los gemelos crecían, su vínculo se hacía más fuerte, al igual que su reputación como dos de los miembros más intrigantes de la Casa Velaryon.

A pesar de todo, Visenya estaba comprometida con Aemond desde muy temprana edad. Aunque ella había ordenado a Lucerys que le quitara el ojo a Aemond, su compromiso matrimonial no había cambiado. Ambos debían casarse, y el momento de la boda se acercaba rápidamente. Sin embargo, Visenya no estaba contenta con esta situación. A pesar de sus malvados planes y manipulaciones, ella no deseaba casarse con un hombre tuerto.

Los años pasaron y Rhaenyra, madre de Visenya, vivía en Rocadragón junto a su esposo Daemon Targaryen y sus hijos. En una ocasión, durante una cena familiar, Rhaenyra observó la actitud soberbia de su hija y decidió abordar el tema.

"Visenya, no lo volveré a repetir", dijo Rhaenyra con voz firme mientras se sentaba a la mesa. "Debes cumplir con tu compromiso matrimonial".

Visenya, jugando distraídamente con el cabello de Lucerys, su hermano, respondió con soberbia "Yo no quiero casarme".

Rhaenyra, tratando de convencerse a sí misma de sus propias palabras, respondió "Es una orden del rey. Además, con este matrimonio, nuestra familia estará unida de alguna forma".

Pero Visenya no se dejaba convencer tan fácilmente. "No me casaré", exclamó, mientras tomaba la mano de Lucerys y comenzaba a caminar hacia la salida. Su hermano, sumiso como siempre, la siguió sin dudarlo.

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Con molestia, Visenya cerró la puerta de sus aposentos y la trabó con una silla mientras se sentaba en la cama frustrada, acariciando sus trenzas con impaciencia. Lucerys, observándola con lástima, se acercó y la acarició suavemente, deseando poder ayudarla de alguna manera, pero sin saber cómo.

"Odio ser mujer", dijo Visenya con amargura. "Siempre debemos estar a disposición de los hombres y solo existir para parir para ellos". Lucerys asintió comprensivamente, a pesar de ser un hombre. "Pero tú eres diferente, Lucerys... A veces desearía ser tú... Un hombre".

"Visenya, lamento que tengas que casarte. Sabes que haría cualquier cosa por ti", respondió Lucerys, mirándola con sincero amor y preocupación. Visenya lo observó con una sonrisa y de repente, sus ojos se iluminaron con una idea.

my boy princess [Lucemond]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora