Al llegar a casa.
—Sube a tu habitación —me dijo mi madre con voz temblorosa, como si, al igual que yo, ella también estuviese muerta de miedo—.
Llegué a mi cuarto y del cansancio no pude hacer otra cosa que tirarme en la cama, caer rendido y dormirme enseguida.
El sonido de un cristal rompiéndose y el de un rayo sonaron al mismo tiempo, me despertaron de golpe. Miré por la ventana y ya era de noche. Estaba lloviendo mucho. Cerré la ventana y oí a mis padres discutir abajo, esta vez mucho más fuerte que otras veces. Oía romperse cosas.
Salí silenciosamente del cuarto. A través de las barras de la escalera miré hacia abajo y mi padre le gritaba a mi madre. Miré a mi madre; tenía la cara morada y le sangraba un gran corte que tenía en la frente. Se me caían las lágrimas, pero no quería hacer ruido. Me moría de miedo.
—¡No voy a perder mi posición solo porque me haya salido un niño satánico, asesino y con aspiraciones a yonqui! —gritaba mi padre—. Voy a tener una "charla" con él en nombre de Dios nuestro señor.
Yendo hacia las escaleras, mi madre intentó detenerlo agarrándolo. Sabía perfectamente que no pretendía hablar e intentaba frenarlo con todas sus fuerzas:
—¡No por favor, para! ¡Es mi hijo! —gritó mamá—.
Mi padre se giró y con el codo levantado le dio otro golpe a mitad de las escaleras. Le dio tan fuerte en la garganta, que veré toda mi vida esa imagen en mis pesadillas, el cuerpo sin vida de mi madre caer por las escaleras.
Rodó escalera abajo y cuando frenó estaba completamente muerta... Mi padre, colmado de esa rabia homicida, la miró unos segundos y empezó a llorar consciente de lo que acababa de hacer. Apretando los dientes se giró nervioso, miró hacia arriba y al verme a través de los barrotes, empezó a hiperventilar mientras corría hacia mí:
—¡Esto es todo por tu culpa! ¡Ven aquí ahora mismo!
Intenté huir deslizándome de espalda sobre el suelo, pero no podía ir más deprisa por el miedo que sentía. Me agarró una pierna, me arrastró hacia él y me dio un puñetazo en el estómago para que dejara de forcejear. Mientras me llevaba las manos a la barriga del dolor tan increíble que sentía, me cogió por el cuello y me levantó en el aire. Pude ver sus lágrimas: su mirada penetrante que decía que ya lo había perdido todo, que ya le daba todo igual... Apretaba más y más con sus manos mi endeble cuello, empecé a ponerme morado y a ver pasar toda mi vida delante de mis ojos. Recordé como mi madre jugaba conmigo cuando era pequeño, me tiraba la pelota de goma en la cara y me reía a carcajadas, cuando me mojaba con la manguera en el jardín al llenar la piscina en verano... Recordé todas las cosas que quería hacer cuando cumpliera dieciocho años y pudiese escapar de mi casa... Recordé los buenos momentos que me quedaban por vivir, pero ya no podría. Ya no sentía las piernas; no podía mover las manos y lo último que vería en esta triste vida era la cara de mi padre partiéndome el cuello... Empecé a perder la visión y a asfixiarme completamente. Perdí la fuerza y finalmente... Me mató. Me tiró al suelo y mientras gritaba al borde de la demencia, la ventana de mi cuarto estalló en mil pedazos y una sombra entró velozmente en mi cuerpo sin que él llegase a verlo. Ni siquiera se inmutó por el ruido, estaba en su mundo; estaba acabado...
Después de matarnos a mi madre y a mí, mi padre siguió bebiendo toda la noche y al día siguiente, cuando la policía iba a buscarme, llamaron a la puerta unas cuantas veces. Al ver que no respondía nadie entraron por la puerta, que estaba abierta. Vieron los cuerpos sin vida de mi madre y mío. No era necesario escondernos, él sabía que nadie le creería si mentía dado su historial. Se lo llevaron preso, y no se le ha vuelto a ver desde ese día...
ESTÁS LEYENDO
El Cazador de Leyendas Urbanas Vol.1
HorrorPrimera entrega de mi trilogía ya acabada. El primer libro está completo, pero la historia no. No os preocupéis, subiré el siguiente dentro de poco y para los más impacientes; dejaré al final los enlaces donde poder conseguirlos todos. Descripción:...