El día anterior había sido una subida cuesta arriba en cuanto emociones para Damian y para toda su familia.
Hace tan solo unas horas se encontraba en medio de una guerra que le había arrebatado más que a cualquier otra persona y ahora, se encontraba en la cima de una pequeña colina dentro de los terrenos de la mansión admirando como la luz del sol comenzaba a iluminarla en una mañana tranquila.
Titus y Alfred el gato se encontraban a su lado de nuevo, uno tratando de animarlo y el otro esperando su completa atención.
Y sin embargo, a toda esa pequeña gran felicidad que sentía, le faltaba ella.
Al menos esta viva en estos momentos....
Lo único quería era tomar el Jet de su padre y viajar a París, correr a la panadería donde sabía que aún vivan ella y sus padres para poder verla, aunque ella no supiera quien era o que era lo que hacía allí.
Quería abrazarla, llenarla de besos, decirle cuanto la amaba y que nunca volvería a separarse de ella.
Pero no podía.
Por mucho que estuviera muriendo por dentro, no podía hacerlo.
Tenía que dejar que ella siguiera su camino de regreso a él.
Aunque estuvieran tan cerca y a la vez tan lejos.
Pronto, se puso de pie y camino a la cocina de la mansión, recorrió con tranquilidad los pasillos de su camino escuchando risas e insultos en su memoria de las versiones un poco más grandes de su familia y cuando llegó a la puerta...
Su mente proyecto la silueta de su ángel bailando por todo el lugar preparando el desayuno para todos ellos como era de costumbre cuando visitaba la mansión o después de su matrimonio.
Claro que recibiendo la ayuda y sermones de su fiel mayordomo.
Siguiendo esos recuerdos, comenzó a imitar sus pasos con casi el mismo nivel de maestría, picando y cortando, amasando y mezclando, todo mientras tarareaba la misma melodía que ella cuando estaba demasiado distraída.
No supo cuanto tiempo paso exactamente, pero después de un rato la isla de la cocina estaba cubierta de bollos humeantes y calientes, café negro, pan dulce para acompañar, baggettes, galletas, croasaints, huevos revueltos, panqueques, fruta picada y demás delicias matutinas frescas.
Sonrió nostálgico ante la visión y levantó los ojos para mirar a su familia que le observaba de distintas formas.
Dick y Jason babeaban ante el enorme festín, pero lo miraban con algo de recelo.
Tim seguía medio dormido.
Stephanie y Cassandra observaban impresionadas junto a Selina.
Su padre alzaba una ceja de forma interrogante.
Y Alfred sonreía bastante satisfecho, mientras se acercaba a quitarle la bandeja que tenia en las manos.
—Veo que tuvo una mañana ocupada, Maestro Damian—saludo el abuelo de la familia—Tendré que admitir que estoy bastante impresionado, ¿Siento una influencia bastante positiva sobre usted?
—Se podría decir—rió entre dientes tomando asiento en la isla—En el futuro se evitaron bastantes incendios cuando todos tenían demasiado miedo de tu jefa de cocina para entrar o hacer de las suyas.
—Y parece ser que también es una excelente profesora— aseguro después de inspeccionar de cerca cada platillo— No encuentro falla alguna.
Tomando un plato cercano y sirviendo una porción de lo que sabía le gustaba al mayordomo británico le acercó el resultado al hombre.
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From the Future
Fanfiction-¡No!-su voz se rompió a medio grito. Corrió hacia la mujer que ahora yacía en sus brazos herida. ........... Él levantó la vista y la miró con odio, con todo el odio que podía reunir y sentía en su sangre, que ardía con rabia. -Tranquilo, Cariño-so...