01

868 42 25
                                    

JINSOL POV

— Mierda. Necesito sexo.

Eran las 22 hrs. White Chicks acababa de pasar en la TV, y yo empezaba a hablar conmigo misma.

— Excelente Jinsol. ¡Quédate loca y habla sola!

Hace seis semanas que no tenía sexo. En mis padrones, ese era un tiempo largo. Sin embargo, esa única voluntad que antes era constante en mi vida, actualmente estaba decayendo en mi lista de prioridades.

— Bueno, ya vi que aguanté seis semanas sin sexo. Pero más que eso tampoco da, no soy de hierro.

Me puse unos jeans, una blusa negra y mi chaqueta de cuero. Seguí hasta mi Porsche Cayenne al lugar donde durante los meses que me sentía caliente y acogedora buscaba una mujer.

La calle estaba desierta y silenciosa como siempre. Un pequeño letrero rosa-neón muy discreto brillaba sobre una puerta bien adornada. "The Hills."

Entré al lugar sin tocar. Era familiar, ya había estado allí miles de veces. Un ambiente oscuro, decorado en madera, albergaba hombres de clase alta y mujeres lindas y bien vestidas. Gran parte de los clientes eran señores respetuosos fuera de aquel ambiente. La luz débil era agradable, dejando el lugar misterioso y caliente. Las canciones aleatorias, pero siempre sensuales, ayudaban en la ambientación del lugar.

El bar central acomodaba a dos chicas lindas que preparaban bebidas. Algunos hombres les coqueteaban mientras ellas hacían sus trabajos. En los rincones, muchos sofás y mesas estaban ocupados por parejas, unos más discretos, otros completamente sin pudor.

— ¡Jinsol! ¿Eres tú?

Me giré y vi un rostro conocido.

—Hola, Minseo.

—¿Dónde has estado? Pensé que nos habías abandonado.

—Estuve fuera por algún tiempo. Problemas de la empresa. —Mentí.

—Vas a tener que compensar los días que quedaste ausente entonces.

Con un guiño, Minseo me jalo al bar, ordenando a la chica morena que me sirviera una dosis de Whisky.

— ¡Hola, Jinsol! —Tres chicas me saludaron. Me giré y vi tres bellezas. Jiwon, una morena hermosa y muy pequeña, Diana, un poco baja y con rasgos latinos y Hayun, una rubia escultural.

—Hola chicas. ¿Cómo están?

—Bien, pero te extrañábamos.— Respondió la rubia, con cierta insinuación en la mirada.

—¿Estuviste frecuentando otros "ambientes"?— Jiwon preguntó.

— No, estaba viajando por trabajo. —Mentí de nuevo.

No quería hablar de que mi desaparición se daba a mi total falta de voluntad en tener sexo, y que ahora necesitaba sacar el retraso.

— Bueno, necesitas relajarte entonces. —Diana  habló, acercándose para hacerme un masaje en los hombros.

— Las tres están libres, Jinsol. —Dijo Minseo, como si las chicas no estuvieran allí. Sonrió con malicia.

Fue cuando vi a una chica que, hasta entonces, nunca había visto en The Hills. Una chica aparentemente normal. Cabello largo castaño, piel ligeramente bronceada, un poco más alta que Diana y parecía completamente desplazada.

—Minseo, ¿Quién es ella?

Ella y las chicas se voltearon para mirar al fondo del salón.

—¡Ah, casi me había olvidado! No la conoces, llegó hace dos semanas. Se llama Jungeun.

𝑴𝒚 𝒔𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒑𝒓𝒐𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒆 / 𝑳𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora