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JUNGEUN POV

Prácticamente no había dormido aquella noche, ansiosa por el inminente viaje sorpresa que no sólo me haría viajar en avión por primera vez -lo que tenía que admitir, no era el principal motivo de mi pánico -pero también conocería a la familia de Jinsol, sí el hecho que me preocupaba.

Deben ser geniales.

Lo repetía como un mantra dentro de mi propia cabeza, mientras veía a Jinsol dormir. Ella estaba sumida en un sueño profundo, pero noté en algunos momentos que soñaba. La mayoría de las veces, decía cosas incomprensibles, pero cuando su rostro se contorsionaba en una expresión de tristeza o desagrado, ella instintivamente me traía más cerca de su cuerpo, me apretaba con tanta fuerza que llegaba a dudar si estaba inconsciente.

Me pregunté si estaría teniendo algún tipo de pesadilla conmigo.

Recordé todos los que había tenido con ella. Afortunadamente, el insomnio trabajó en eso, dejándome alerta casi toda la noche e impidiendo que mis miedos vinieran a atormentarme en forma de sueños otra vez.

Eran las 5 de la mañana cuando vi el reloj por última vez y conseguí relajarme en los brazos de Jinsol.

☆☆☆

Me desperté a las 10:15, sintiendo un poco de frío.

Estaba sola y con dolor de cabeza, así que intenté dormir un poco más, tarea que se mostró imposible, ya que mi ansiedad no me dejaba relajarme.

Tomé un baño caliente y largo, mientras trazaba planes para el resto de mi día, al menos hasta que Jinsol regrese del trabajo.

Me vestí con un conjunto de jersey y medias cómodas, tomé un plátano en la cocina y me fui a mi habitación, con la intención de empezar a separar algunas ropas para nuestro viaje de Navidad. Encontré tres maletas grandes y discretas en fila cerca de la pared, así que me pregunté si Jinsol realmente creía que me llevaría tanto. Ignorando las restantes, separé una única maleta para el viaje.

Tomé la ropa más nueva por una serie de motivos. En primer lugar, eran más bonitas. En segundo lugar, no había riesgos en hacer que ella o yo recordáramos cosas desagradables. Tercero, eran mucho más elegantes que mis antiguas piezas, y probablemente sería más apropiado vestirme de esa manera cerca de la familia de Jinsol. Sin embargo, no dejé de colocar algunas viejas chaquetas y pantalones cómodos, ya que no tenía idea de lo frías que las noches de Londres eran.

Me pregunté si sería bueno tomar las maletas de Jinsol también, ya que no sabía a qué hora volvería a casa, pero luego desistí de la idea porque, además de poder ponerla incómoda conmigo tratando de mover cosas que eran su responsabilidad, no tenía idea de qué tipo de ropa quería llevar. 

Tomé el regalo todavía envuelto y guardé la bolsa, con miedo de que, si lo dejara para después, olvidaría llevarlo conmigo. Coloqué en la maleta algunos zapatos, calcetines, piezas para invierno como guantes, bufandas y gorro, además de ropa interior. Recordé que tenía dos perfumes, pero ambos demasiado fuertes. Uno, incluso, era el mismo perfume que había usado en la noche en que nos reencontramos, entonces imaginé que Jinsol simplemente lo odiaba. Como única salida, empaqué junto con el resto de las cosas mi crema para hematomas -que sabía que no le desagradaría -y cerré la cremallera.

Me tomó más de lo que imaginaba.

Miré el reloj, que marcaba las 12:30, así que pensé en qué hacer para el almuerzo. Como estaba sola, cualquier cosa congelada sería buena. Preparé en el microondas una lasaña y comí, tratando de no pensar en nada relacionado con el viaje y en todo lo que podría ir mal.

Terminé de comer alrededor de las 13:15h.

Sin mucho que hacer, volví a la habitación de Jinsol y encendí la televisión. Pasé por más de doscientos canales tres veces, tardando en algunas películas sólo para ver si me llamaban la atención, pero no había algo que me interesara o que me hiciera dejar de pensar.

𝑴𝒚 𝒔𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒑𝒓𝒐𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒆 / 𝑳𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora