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JUNGEUN POV.

— ¡Hola, mi amor! —Jinsol habló de forma alegre mientras entraba por la sala y se arrojaba en el sofá a mi lado.

Como siempre hacía, me dio un tierno beso y siguiendo su más reciente manía, levantó mi abrigo y besó mi barriga, hablando con ella como una loca habla con cualquier objeto inanimado.

— Hola, linda.

— Tardaste hoy. —Dije, olvidando la película que pasaba en la televisión, rogando que mi voz no hubiera mostrado toda la hostilidad y ansiedad que había dentro de mí.

— Tuve varias reuniones de emergencia. —habló desanimada.— ¿Ella te dio mucho trabajo hoy?

Cada vez que Jinsol hablaba de "ella" conmigo, se refería a nuestra hija. Lo había aprendido en las últimas semanas.

— No. Hoy fue un día tranquilo. No vomité ninguna vez. —Respondí, observándola agarrándose a mí y frotando la cara una vez más en mi ombligo. Su nariz me hizo un poco de cosquillas, así que me estremecí involuntariamente. Mi escalofrío, sin embargo, no pasó desapercibido para ella.

— Que bien. —La oí decir, mientras se alejaba repentinamente. Sentí el rechazo otra vez, y otra vez contuve las ganas de llorar y agredirla.— Voy a bañarme. El día de hoy fue agotador...

— Como todos los demás. —Dije de forma amargada. Ella notó mi mal humor, pero no dijo nada, volviéndose para ir al baño de su habitación.

Fue el baño más largo que Jinsol tomó en la vida.

O tal vez hubiera durado lo que sus baños solían durar, pero dado mi estado de ansiedad, ella parecía estar encerrada en el baño hacía unas semanas.

Estaba a punto de golpear la puerta, fingiendo estar pasándola mal, pero me contuve. Esperé pacientemente -o casi- solo queriendo que ella saliera pronto y disminuyera mi ansiedad.

Necesitaba hablar con ella.

Caminé por el cuarto, tratando de contenerme. Me quedé así por unos minutos, hasta que finalmente tuvo la bondad de reunirse conmigo otra vez.

— ¿Está todo bien? —Preguntó, observándome en el rincón de la habitación, con los brazos cruzados.

— Quiero que te sientes. —Dije, sin rodeos.

— ¿Por qué? —Ella replicó, su voz sonando un poco preocupada.

— Porque quiero hablar contigo.

Ella me miró ansiosa y, tomada por la curiosidad, se sentó en la punta de la cama, solo para que yo hablara pronto.

— ¿Qué pasó? ¿Se trata de ella?

— No, ella está muy bien. —Respondí, sintiendo que mi sangre comenzaba a hervir.

— Entonces, ¿qué fue? ¿Quieres algo?

La miré por un momento, tratando de encontrar las palabras correctas para comenzar la conversación.

— Sí. Quiero una cosa.

— ¿Qué es? -Se apresuró a hablar.— Sea lo que sea, sabes que puedes pedirlo...

— Quiero sexo.

Puede que aquello haya parecido un poco inapropiado, pero realmente no me importaba. Lo importante era transmitir el mensaje de la forma más limpia y clara posible.

Como Jinsol no respondió, finalicé mi pequeño discurso.

— Ahora, si es posible.

— Aham... Es que... —Ella dijo, moviéndose en el borde de la cama y mirando la pared opuesta. Pero yo ya estaba preparada para la excusa que vendría a continuación, fuese la que fuese.— Es que... Mi cabeza, me está matando...

𝑴𝒚 𝒔𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒑𝒓𝒐𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒆 / 𝑳𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora