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JUNGEUN POV.

Yerim, como cualquier niña sana, creció, gracias a Dios. Sí, porque por más que los bebés sean lindos y tiernos cuando aún no hacen nada solos, ellos dan un cierto trabajo. Y aún cuando nos arrepentimos más adelante por haber rogado para que hubieran crecido pronto, en el fondo sentimos una alegría inmensa por verlos madurar y transformarse en personalidades llenas de salud y listas para conquistar el mundo.

Pero ella todavía no es una adulta, ni una adolescente. Está lejos de eso. Yerim tiene 6 años, hace exactamente dos días.

Todavía no presenciamos la caída de su primer diente de leche o su primera graduación, pero estuvimos allí cuando ella anduvo en bicicleta por primera vez y la alentamos en su primer día de clases. Cambiamos muchos pañales, compramos muchas muñecas, escuchamos muchos llantos venidos de rodillas raspadas. Le enseñamos a nadar y ejercitamos el inicio de su lectura. Hemos sido madres primerizas, pero según SuJin, nos fue muy bien.

Estoy de acuerdo, aunque no tengo ninguna base como referencia. Yerim parece una niña bastante hiperactiva. Su simpatía y su manera de agradarle todo el mundo son su marca registrada. Ella casi nunca se enoja, y a veces, cuando no sabe cómo reaccionar a un determinado estímulo, opta por caer en carcajadas. Ella puede hacer amigos con una simple salida, sea al parque o a la panadería.

Es humanamente imposible no amarla.

Para una mejor educación, Jinsol y yo dividimos nuestras obligaciones como madres. Esto significa que ella es responsable de los "pecados", mientras que decir los "no" necesarios son para mí. Afortunadamente (porque la última cosa que quiero es convertirme en una madre aburrida y represora compitiendo con Jinsol una madre divertida y "consentidora"), Yerim es una buena niña. Un ángel, por más hiperactiva que sea. No necesitamos (no lo necesito) reprimirla dos veces. Ella simplemente entiende que si yo no la dejo hacer algo, debe haber algún motivo, y mágicamente obedece (lo que es un poco extraño. Los niños de 6 años no deberían tener esa obediencia).

Realmente no tengo que quejarme. Muchos niños son una peste, pero no ella.

Y ella sólo tiene 6 años. Hace exactamente dos días. Lo que hace que hoy sea un día un poco especial para mí.

— ¿Chaewon? —Llamé, llegando a la cocina y encontrándola en la estufa.

— ¡Hola, Ashley! —Ella respondió toda contenta.— ¡Feliz cumpleaños!

— Gracias... —Hablé aún muriendo de sueño, abrazándola y tirándome encima de ella.— ¿Qué horas son?

— Casi las 11h. Estoy haciendo el almuerzo, de aquí a poco llegan...

— Mierda... Dormí demasiado. —Hablé, llevando la mano a la cabeza.— Debería estar ayudándote...

— ¡No! Es tu cumpleaños. Y los cumpleaños no trabajan.

A Chaewon le gusta darme órdenes. En ese momento ya tenemos ese nivel de intimidad.

— Eh, me gusta cocinar, y sabes eso...

— Tú. No. Vas. A. Cocinar.

Bufé. Ella es terca como una mula, y yo sabía que la única forma de llegar cerca de la estufa sería golpearla con un sartén y dejarla inconsciente en un rincón.

Renuncié a pelear.

— Ok. ¿Dónde está Yerim?

— Ella estaba en la casa del árbol la última vez que vi.

Una casa en el árbol. Jinsol le dio a Yerim una casa en el árbol como regalo de 6 años. Y no es una de esas casas en el árbol hechas de tocones de madera y cuerdas: Es una casa con puertas y ventanas de cristal, balcón, escalera y dos pisos. Una familia podría vivir fácilmente allí.

𝑴𝒚 𝒔𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒑𝒓𝒐𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒆 / 𝑳𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora