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JUNGEUN POV.

Nuestro viaje de Navidad estaba llegando a su fin. Jinsol no paraba de disculparse conmigo, lamentando sobre la ausencia de diversión. Traté de convencerla de que aquel había sido el mejor viaje de mi vida, y aunque ella pareciera contenta con mis palabras, todavía se disculpaba al decir que podría haber sido mucho más interesante.

Lo dudaba.

— Odio la parte en que todos se van.

SuJin estaba obviamente triste, pero no quería ser una madre completamente dependiente de la presencia de sus hijos. Ella era una mujer fuerte, pero muy sentimental. SangHyeon permanecía imponente a su lado.

— Siempre acabamos volviendo, mamá. —Jinsol intentó consolarla, dando un beso cariñoso en su mejilla.

— Pero los necesito tanto...

— No te preocupes. Voy a estar de vuelta en primavera.

— ¿Lo juras? —Sus ojos parecieron iluminarse con esas palabras.

— Lo juro.

SuJin continuó mirando a su hija, pero ahora su mirada parecía un poco enigmática. Vi otra vez un poco de Heejin allí, como si quisiera leerla y saber de algo no dicho.

Ella me miró a mí, a cuatro metros de distancia de las dos, e inmediatamente fingí estar distraída con el nudo de mi bufanda.

— Ahm... Voy a dejarlas más a gusto. —Hablé, ya caminando lejos. No pude ver la reacción de ambas porque no quería mirarlas otra vez.

Después de alcanzar una distancia que creí que era razonable, miré de vuelta a los tres y vi que SuJin la abrazaba con ternura y adoración, sin decir una sola palabra.

Sentí un amor creciente por SuJin, simplemente por saber que ella también amaba a Jinsol.

— Pensábamos que ella vendría sola.

Me asusté, pero no tanto, con la voz grave de Mingyu a mi lado. Ya me estaba acostumbrando a ser sorprendida por él.

— Sí, lo sé. Me gustaría que hubiera advertido.

— Creo que quería hacer una sorpresa, sobre todo a mamá. Quería mostrar que ahora estaba todo bien.

Lo miré por algún momento, pero pareció no percibirlo. Así como yo hace unos segundos, parecía distraído con las dos figuras que se abrazaban a cierta distancia de nosotros.

— ¿La conocías? —Pregunté pensando en Sooyoung.

— Desgraciadamente. Era una piraña interesada. Heejin nunca fue agradable con ella, era una pista principal para Jinsol para saber que ella no era confiable.

— Bueno... —Empecé, volviéndome hacia él.— Estaba enamorada de ella, no era razón suficiente...

— Sí. Ella tuvo que poner un par de cuernos en su cabeza para que se diera cuenta. Y la verdad es que estaríamos jodidos si Jinsol estuviera jodida. El problema es que la zorra acabo con su vida.

Sentía pena de Jinsol otra vez. No sabía en qué estado aquella mujer la había dejado, pero si tomaba en consideración los testimonios de personas a su alrededor, ella parecía haber estado cerca de un suicidio.

— ¿Ustedes fueron a Seúl cuando ella se deprimió?

— La estúpida nos lo prohibió. Dijo que si aparecíamos allí, ella desaparecería. No quisimos arriesgarnos, pero le pedimos a Haseul que mantuviera un ojo en ella.

— ¿La conocen? —Pregunté, un poco sorprendida.

— Conozco a Haseul y a toda su familia. Crecimos todos juntos en los Seúl. Sinceramente, siempre pensé que al final Jinsol acabaría quedándose con ella, pero por lo visto no era para ser de esa forma. Además, ella es un poco más mayor que Jinsol...

𝑴𝒚 𝒔𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒑𝒓𝒐𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒆 / 𝑳𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora