💋 PrÓlOgO 🏵️

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Un Alfa de cabello morado y con aroma a Toronja, Azafrán y Sándalo dio un profundo respiro antes de acercarse al Omega de su vida.

- Hola, soy Kim Sunoo. - dijo el Alfa con su mano derecha tras de sí, estando frente al lindo Omega.

El Omega de cabello negruzco y con aroma a Manzana, Orquídeas y Ámbar, levantó la cabeza, ya que leía un libro y fijó su mirada en el precioso Alfa.

- Hola, yo soy Yang JungWon. - devolvió el saludo.

Alfa y Omega se sonrieron cariñosamente.

Sunoo y JungWon son dos chicos a quienes les encanta la lectura, todos los días acudían al mismo parque para leer. Así fue como se vieron por primera vez.

Un día, Sunoo llegó al parque e iba a dirigirse a la banca que suele usar, pero ya estaba ocupada por un Omega de suprema belleza, así que decidió ocupar otra banca y se dispuso a leer su libro, aunque de vez en cuando le dedicaba miraditas al Omega.

Por otro lado, era la primera vez que JungWon iba a ese parque, pues recién había llegado a vivir al pueblo. Estaba leyendo su libro, pero elevó la mirada, apartándola del libro un momento para respirar el aire fresco y mirar alrededor del parque, y en una banca vio a un Alfa también leyendo, sintió sus mejillas arder cuando el Alfa elevó su mirada y la posó en él, allí se dio cuenta de que su corazón era todo para ese Alfa guapo.

Ambos chicos siempre que se encontraban en el parque podían aspirar el aroma del contrario debido a que el viento lo llevaba hacia ellos, también se regalaban miraditas cautelosas, aunque cuando sus miradas coincidían, se veían y se sonreían dulcemente, pero aun así ninguno de los dos se animaba a dar el primer paso para hablarse, a pesar de que ambos sabían que el interés era mutuo, que eran el dueño de los suspiros contrarios y que eran destinados.

Sino hasta ahora que Sunoo se armó de valor porque ya no podía más, quería y necesitaba saber el nombre de su Omega. Y JungWon estaba más que emocionado porque fue su Alfa quien buscó primero el acercamiento, aunque él lo hubiera hecho, pero quería que su Alfa lo hiciera, y así fue.

- ¿Puedo sentarme contigo?. - preguntó Sunoo, su mano seguía oculta tras de sí.

- Por supuesto. - contestó el Omega sonriente. Cerró el libro y lo dejó sobre su regazo.

- Gracias. - dijo Sunoo y se sentó.

- De nada. - dijo JungWon.

- Esta rosa es para ti. - dijo Sunoo, extendiéndola hacia JungWon. El Omega sólo veía sorprendido y sonrojado la bonita rosa anaranjada que le era obsequiada. - Sé que es muy repentino, pero quiero que me permitas cortejarte. Si tomas la rosa significa que aceptas mi cortejo y si no...

Y en ese instante, JungWon agarró la rosa.

- Claro que acepto que me cortejes, mi Alfa. - habló feliz e inhaló el sutil perfume de la rosa.

- Gracias, mi Omega. - dijo el Alfa sujetando la mano desocupada de JungWon. Ambos sonreían.

- Gracias a ti. - dijo el Omega, soltó sus manos y abrazó a Sunoo por el cuello y acercó su rostro al adverso. - Tú me diste esta bella rosa, ahora yo te daré un beso. - luego de decirle eso, sus labios se posaron sobre los labios del Alfa, quien en ese momento descubrió que los labios de JungWon eran tan suaves como los pétalos de una rosa, y lo abrazó por la cintura juntando sus cuerpos y por ende profundizando el beso.

- Siempre te daré flores, mi Omega. - prometió Sunoo en el oído de JungWon, tras el beso.

- Y yo siempre te daré besos en compensación, mi Alfa. - prometió JungWon igualmente en el oído de Sunoo y aún con el sonrojo instalado en sus mejillitas.

Y con sus aromas acoplados se quedaron así, envueltos en ese bonito abrazo en esa banca del parque en el que se conocieron.

KISSES AND FLOWERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora