Amores y Tentaciones

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Aquella tarde luego de escuchar a Emilico hablar de todo lo que pasó con Patrick en su niñez hizo que se replanteara la idea de darle una oportunidad a Oliver. Respiró profundo, estaba frente a su puerta, aunque no sabía si estaba ahí o en su laboratorio, tragó saliva y se preparó para tocar. Llamó a la puerta de forma tímida y viendo que nadie atendía se relajó. —Supongo que estará en otro sitio. —Cuando se disponía a retirarse oye desde dentro un poco de ruido, su piel se erizó al saber que si estaba, pero decidió hacer como que no estaba y retirarse.

La puerta se abrió dejando ver a Ollie saliendo con unos planos, ella se volteó y sonrió. —¿Necesitabas algo?
—No, bueno, tal vez, vine a ver a Oliver, pero si está ocupado vendré otro día.
Ollie sonrió ya que ella voluntariamente llegó, negó con la cabeza. —Me retiraba a mi dormitorio, he terminado por hoy ya que tenemos un encargo especial y necesito conseguir el material. Adelante.
—En verdad puedo ser una molestia, creo que mejor me retiro.
—Está bien, mi señor no está ocupado, pasa. —Le dio un empujón que la hizo entrar, luego cerró la puerta.

La habitación estaba llena de artefactos, papeles, tazas de café que se supone llegarían a limpiar luego, avanzó con cuidado de no tocar nada o romper algo. Llegó a donde estaba Oliver, él alzó la mirada y de inmediato dejó lo que hacía para prestarle atención. —¿Si estás aquí es porque aceptas ser la prometida de Oliver?
Ella asiente mientras se ruboriza. —Quiero que nos conozcamos mejor.
Oliver se levanta de la silla y se acerca a ella para rozar su nariz sobre su cuello y oler el delicado perfume que cargaba puesto, Rum se hizo un poco para atrás tratando que él dejara de entrometerse en su espacio personal más de lo debido. —Ahí está mi cama. —Ella miró el lugar señalado y se sobresaltó.
—¡¿Cómo?! —Preguntó Rum alarmada por lo que él pensaba.
Notó sus nervios y sus mejillas ruborizadas. —Quizás Oliver va demasiado pronto, una disculpa pequeña mía, sería demasiada la espera de poder brindarte mi cariño bajo las mantas.
Gritó avergonzada a la vez que le propinaba una cachetada, salió corriendo de la habitación llorando.

Se detuvo en el pasillo, por su mente corría pensamientos de decepción hacia él. —¿No fui clara? —Solo quería saber si eran compatibles en gustos e intereses antes de saber si él la amaba o solo la quería para un rato. Ya que la habitación de Lou quedaba cerca fue a pedir un consejo más. Tocó la puerta, Lou se encontraba leyendo un libro, lo dejó para atender, cuando abrió miró a su amiga llorando, la hizo pasar. —¿Ocurrió algo?
—Lou, estuve en la habitación de Oliver para... —Se detuvo pues aún estaba asustada.
La llevó a sentar y le brindó un poco de agua para calmarse. —Cuando estés lista puedes decirme lo que quieras, te escucho.
—¿Solo soy para su diversión? Dice amarme pero solo quiere llevarme a la cama.
—Es que no sabe cómo tratar con una chica, recuerda que solo se la pasa encerrado en el laboratorio.
—En verdad quería intentarlo, pero solo quiere pasar un rato conmigo. Quiero que alguien me lleve al altar y poder entregarme en la noche de bodas.
Lou respetaba los deseos de su amiga. —Comprendo, no te preocupes, Oliver es mayor y es curioso, le pareces interesante y seguro le atraes mucho. Te diré que Ricky y yo ya lo hicimos.
—¿De verdad?
—En mi caso, fui yo la que insistió, tenía miedo pero no me importaba mucho, lo amo demasiado, aún recuerdo su mirada de asombro al verme por primera vez, sus hermosos ojos del color del cielo, dijo que soy hermosa y que admiraba mi belleza, fue torpe, pero lindo, aquella vez sentí un poco de incomodidad, nada más, esperamos otro tiempo para un nuevo encuentro y dimos rienda suelta a nuestros deseos. —Al mirar de vuelta a su amiga vio que estaba espantada. —Ay, no debí contarte eso ¿no? Disculpa.

Rum se calmó. —¿Está bien lo que yo decida?
—Por supuesto, además debes hablar claro para que no haya malos entendidos.
—Creo que lo dejaré estar por un tiempo, no creo tener el valor de mirarlo después de haberle dado una cachetada.
—Merecido se lo tenía. —Guiñó un ojo. —Dejó clara sus intenciones contigo.

MissingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora