En Lugar de Otra Persona

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¡Alerta de Spoiler!: A estas alturas supongo que muchos habrán leído el manga y los secretos que se han ido revelando con el paso del tiempo. Algunos se quedaron hasta el anime. Si ese es el caso, favor de no seguir leyendo la historia.
(Leer bajo su propia responsabilidad.)

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Muchos se unieron a la búsqueda, Kate escribió una carta, estaba terminando de ponerle el sello, Edward se encontraba sentado tomando una taza de café en ese momento mientras esperaba instrucciones. —Si me lo permite querida Kate, deberíamos poner más seguridad en la casa.
—Bien, vea que los vigilantes tengan rutinas de entrenamiento, noquearon a dos y suplantaron sus lugares, afortunadamente están recuperándose ahora mismo en la sala de socorro. —Se puso de pie y le entregó la carta, Edward leyó a quién iba dirigida.
—¿Él?
—Si, lo necesito para que me ayude, bueno eso si él lo desea. Ahora con permiso debo ir a ver si Emilico despertó.

Emilico ahora se encontraba en su cama reposando luego de haberse desmayado durante la noche, cuando recobró la conciencia y pudo abrir sus ojos al que vio fue a Patrick, le tomó unos minutos recordar lo sucedido.
—Dime que esto fue un mal sueño. —Su vos estaba algo apagada debido al cansancio físico y mental que cargaba, aún así se incorporó quedando ahora sentada sobre la cama.
No tenía valor de decirle que aún esperaba noticias, se habían dado a la fuga. —Patrick está destrozado como tú pero creo que estás sufriendo el doble.
Emilico lloró inconsolable y él le abrazó, sería su apoyo en ese momento tan difícil de sus vidas, no soportaba que ella estuviera pasando por ese dolor tan inmenso, no ahora que eran felices.

Kate no quería verla así, estuvo mirando la escena detrás de la puerta, John la estaba acompañando, ella le pidió hacer algo. —Por favor ve a la habitación de Hope, necesito estabilizar a Emilico.
—De acuerdo Kate.
Esperó un poco antes de entrar, se armó de valor y entró. —Lo siento por interrumpir, varios han salido en su búsqueda.
—No puedo estar tranquila...
—Deberías, lo sabes bien te sentará mal estresarte y no querrás que... —Lo dijo refiriéndose a que podía perder al bebé debido al estrés en que se estaba sometiendo.
—Ya lo sé pero ¿cómo?
—Kate tiene razón, descansa en cama los siguientes días, Patrick se encargará de estar pendiente. —Patrick besó la frente para brindarle su afecto, que estaría para ella ya que su hijo debía estar asustado queriendo estar con ellos.

Pasaron varios días, no hubo noticia alguna, preguntaron en todo el pueblo pero nadie supo de nada. Emilico esperaba paciente, su apetito se redujo y eso preocupaba a todos sus amigos cercanos. Se forzó a comer por su bien y la de su bebé.
Kate se hizo cargo de Emilico pues las cosas en la mansión tenían que seguir su rumbo. —Te vas a bañar luego de que termine de peinarte ¿Si?
—S-si —Dijo sin muchas ganas.
Tocaron a su puerta, los que entraron fueron Lou y Shaun, este último tenía una carta en sus manos. —Kate, llegó esto.
—Oh, bien ¿pueden hacerse cargo de Emilico? Debe terminarse el desayuno y bañarse.
—No te preocupes, está en buenas manos.
Ella les dejó para ir a leer la carta con la respuesta, así que fue a la habitación.
—Emilico, ni siquiera has tocado el pan que tanto te gusta. —Dijo Shaun mientras se sentaba frente a la mesa viendo que no había comido sus alimentos, tomó el tazón de avena y le dio una probada. —Esto está delicioso, venga Emilico, come un poco no solo por ti, recuerda y ten presente que llevas otra vida dentro.
—Anímate un poco, debes ser fuerte y salir adelante. —Luego de decir eso, Lou fue al baño para prepararle todo.
Emilico estaba muy triste pero era verdad, su otro bebé estaba sufriendo y no quería perderlo también.

Luego de comer fue al baño en compañía de Lou, ella se quedaría a su lado, cuando Emilico ya estaba dentro de la tina tomó una vasija para tirarle agua sobre su cabello. —Te lavaré tan bien que tus energías se renovarán.
—Lou ¿Qué puedo hacer? Trato de aparentar que estoy tranquila, pero por dentro estoy muy desesperada, me imagino como debe estar, tan indefenso sin su madre y padre, estos tres días sin su presencia han sido una tortura, cada vez que veo su cuna, sus juguetes, su ropa no puedo retener las lágrimas.
—Si, lo sé, pero no debes perder la fe y ten presente que tu hijo volverá.
Al rato Emilico salió del baño ya arreglada, Shaun vio un semblante diferente. —Venga Emilico todos ayudaremos a que vuelva.
—¿Puedo buscarlo yo también? No quiero quedarme sentada sin hacer nada.
—Claro que no, debes quedarte a descansar y distraerte estoy yo para hacer ese trabajo por ti, porque te quiero y eres mi amiga.
Suspiró ya que no podía hacer mucho, pero al menos sus amigos le hacían compañía.

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