Introducción

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Era de noche en la mansión todos estaban ocupados con sus rutinas, algunos charlaban otros jugaban una partida de póker acompañados de una buena bebida o fumaba uno que otro tabaco.

Parecía una noche más como cualquier otra, nadie imaginaba que dos hombres habían logrado burlar la seguridad de la casa, se manejaron con astucia explorando los lugares, descubriendo así la verdad oculta que se hallaba resguardada tras esos enormes muros.
Los habitantes que hacían de nobles, cuya presencia en el pueblo era muy poco recurrente, son seres sin rostro, totalmente negros como el carbón, los consideraron monstruos.

Al llegar a una de las habitaciones se fijaron en la decoración, todo muy bien detallado, no escatimaron en los finos materiales para prepararla.
Buena madera, oro, plata, bronce y algunas piedras preciosas.
-¡Mira esto! -dijo a su compañero que apartó su mirada para ver lo que señalaba. -Esto no lo merecen aquellas criaturas monstruosas. -Lo tomó pues ya había pensado en quien le daría un buen dinero.
_No lo hagas, hay cosas más valiosas que esto, no nos beneficiará robarlo.
Sin importar lo que su compañero dijo ya estaba decidido y tenían que abandonar la mansión cuanto antes.

Mucho más al rato Emilico entró a la habitación para arreglarla un poco, se asomó por la ventana viendo que pronto caería la lluvia.
-Esta noche hará más frío de lo normal -dijo mientras acomodaba las cortinas y se iba por una manta al armario, miro el espacio vacío, no estaba, imposible que desapareciera, una gota fría recorrió su frente, todo su mundo se empezaba a desplomar sobre sus hombros, su corazón latía con fuerza, las manos y piernas temblaron, pero tomó valor para salir corriendo de la habitación y pedir ayuda.
Por suerte venía Patrick en compañía de Ricky, ambos vieron lo desesperada que estaba, sus ojos brillantes derramando lágrimas de dolor.
-¿Que ha pasado? -Preguntó Patrick a la vez que sostenía sus brazos pues parecía no tener la fuerza para estar de pie.
Ella le contó y ambos abrieron los ojos, Patrick sintió que todo se venía abajo pero aún había tiempo.
-Avisemos a Kate. -Sugirió Ricky.

Cuando Kate supo lo que ocurría mandó a dispersar la voz, la campana de emergencia sonó, había intrusos en la mansión.
Todos se reunieron a pensar y discutir, esperar a que encontrarán a los culpables, Emilico miró a sus amigos, las voces se hacían ininteligibles, el desesperante momento la abrumaba, el sonido se hizo sordo y pronto perdió el conocimiento alarmando a sus amigos.
Patrick la logró apañar y la hicieron recostar en el sofá más próximo.
-Por favor denme espacio, necesita respirar.-pidió Kate que estaba intentando reanimar a Emilico.

Emilico ahora se encontraba en su cama reposando luego del colapso que tuvo, cuando recobró la conciencia y pudo abrir sus ojos al que vió fue a Patrick.
-Dime que esto fue un mal sueño.
No tenía valor de decirle que aún esperaba noticias, se habían dado a la fuga. -Patrick está destrozado como tú pero creo que estas sufriendo el doble.
Emilico lloró inconsolable y él le abrazó, sería su apoyo en ese momento tan difícil de su vida, no soportaba que ella estuviera pasando por ese dolor tan inmenso, no ahora que eran felices.

Kate no quería verla así, estuvo mirando la escena detrás de la puerta, John la estaba acompañando, ella le pidió hacer algo. _Por favor ve a la habitación de Hope, necesito estabilizar a Emilico.
-De acuerdo Kate.
Esperó un poco antes de entrar, se armó de valor y entró. -Lo siento por interrumpir, varios han salido en su búsqueda.
-No puedo estar tranquila...
-Deberias, lo sabes bien te sentará mal estresarte y no querrás que...
-Ya lo sé pero ¿cómo?
-Kate tiene razón, descansa en cama los siguientes días Patrick se encargará de estar pendiente. -Patrick besó la frente para brindarle su afecto, que estaría para ella ya que también le concernía pues es algo que Emilico le dió.

Habían pasado unos días, no hubo noticia alguna, preguntaron en todo el pueblo pero nadie supo de nada. Emilico esperaba paciente, su apetito se redujo y eso preocupaba a todos. Se forzó a comer por su bien.

Los dos hombres llegaron a su destino, fue un viaje largo para salir de Mirrorside y de la Isla del Hollín e ir a otras tierras donde uno de ellos creció y conocía a una familia adinerada.
-No quiero ser parte de esto, nuestro sueño siempre fue ver que encerraba ese lugar y tomar algunas cosas.
-No le dejaré esto a esos monstruos.
Tocó y un sirviente abrió, el hombre se anunció para poder hablar con la señora de la casa.
Les hicieron pasar, muy pronto les atenderían. Una mujer de aspecto amable los recibió y estuvieron hablando.
Luego le mostró lo que consiguió, tuvo cuidado en todo el trayecto. -¿No es precioso?
Ella maravillada lo tomó. -es tan perfecto, justo lo que he anhelado estos años ¿de dónde lo sacaron?
-Estaba abandonado, pensé en usted y se lo traje. Ahora si lo desea ya sabe lo que quiero.
-Claro, ahora mismo. _La mujer no lo soltaba, irradiaba luz, tenía algo especial. -¡Que hermoso! está en buenas manos, lo cuidaré mucho.
-Por supuesto madame, nadie sabrá lo que pasó. Disfrútelo.

MissingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora