Desconfianza

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Cuando la limpieza de las habitaciones empezó, la chica asignada a la habitación de John y Kate tenía miedo de girar el picaporte de la puerta, incluso el pasillo estaba impregnado de hollín proveniente de dentro. Así que varios asistentes de limpieza se le unieron como apoyo ya que era una terrible situación que no habían experimentado.

Cuando por fin las puertas fueron abiertas el hollín salió con fuerza y algunas cenizas corrieron fuera de la habitación, intentaron hacer frente a la situación. La alarma que había estado inactiva sonó en esa ala despertando a los que aún dormían, Patrick fue el primero en apersonarse frente de la habitación que estaba siendo limpiada.
-¡John! -Lo vio sobre su cama muy mal. -John, has expulsado mucho hollín ¿Te sientes bien?
-No... tengo mucha hambre y no me puedo mover, además sobre pensé las cosas demasiado.
-Eres un idiota, Kate sería incapaz de serte infiel.
-Es que me los imaginé y fue doloroso.
-Te buscas tu mismo sufrimiento.

Al rato llegaron Louise y Lou junto a Rum y Shirley, viendo la escena, al menos la pieza estaba más aseada ya que los asistentes de limpieza hacían su trabajo.
-No debió comentar eso ayer. -Dijo con reproche Lou.
-John disculpa, Louise fue indiscreta con eso.
-No te preocupes, John se hizo una historia en la cabeza.

Patrick pidió a Shirley y a Rum buscar rosas para elaborar té calmante, en lo que ellos le ayudaban a que tomara el desayuno para reponer fuerzas.
Patrick con su poder, neutralizó los de John y así bajar la cantidad producida de hollín.
Louise se sentía un poco mal por revelar el secreto de Kate. -Por favor olvida ese asunto, además Kate es tu esposa y te ama.
-Eso es cierto, amo John, creo que todos nos hemos visto envuelto en nuestras inseguridades.
-Lo siento, me dejé dominar por mis emociones negativas y pienso que Kate y Shaun hacen un buen trabajo fingiendo ser un matrimonio.

En poco tiempo llegó el té preparado por Shirley y Rum, lo sirvieron y le pasaron la taza a Patrick el cual fue a la cama donde estaba John reposando. -Te lo tomas todo para que te ayude a calmar.

Gracias al té, John estaba mejor, el pobre se quedó dormido, Louise siendo amable le dió una caricia en sus cabellos, se estremeció un poco pues era un gesto que no tuvo nunca con él.
Lou conociendo a su ama le dice. -Usted lo quería ¿no es así?
-Si, pero es un tonto que no supo valorar a Louise. Por cierto mi Lou, vamos a prepararnos, aún estamos en pijama. -Louise se aferró del brazo de Lou. -¿Tomamos un baño de espumas juntas?
-Por supuesto.

Con el sol de la mañana Emilico había lavado ropa y ya estaba tendida tomando la brisa. Secó su sudor con un pañuelo viendo su trabajo. -Al menos tendremos ropa limpia por ahora.

Ricky estaba en la habitación tomando un poco de café mientras leía un periódico del día, solo por vigilar a Matthew que estaba recostado sobre la cuna y sostenía en sus manos un muñeco de tela con forma de gatito, pero luego de un rato de abandono empezó a llorar.
Dejando de lado lo que estaba haciendo Ricky se acercó para tomarlo en brazos. -¿Qué tiene mi niño? -Lo meció y pareció que lo había calmado pero su rostro estaba triste por hacerle falta su madre en ese mismo instante. -Matty no llores tu madre volverá en un rato. -Comenzó a llorar nuevamente, Ricky notó que algo pasaba.

En el patio del hospedaje Emilico tomó la cesta para volver pero en ese momento se encontró con el Duque. -¡Buen día! -dijo con una sonrisa.
-Buen día, Emilico. El cielo está despejado hoy, perfecto para ir a hacer bosquejos.
-Si, me ha encantado la manera en que plasma los colores sobre el lienzo.
-Si no tienen nada que hacer al rato me gustaría hacer un dibujo rápido de su familia. Claro si están de acuerdo los dos.
-Le preguntaré a Patrick al rato ¿si?

Ricky presenció algo en el bebé de su señor y Emilico, en sus brazos se tornó poco a poco como una sombra y ahora estaba alarmado pues no sabía que estaba pasando y no lo podía calmar, además comenzaba a manchar sus manos y ropa. -¡Dios! Espérame ¿Qué hago? -No sabía que hacer primero, si ir con Emilico pero no podía aparecerse con un bebé en ese estado o dejarlo sobre la cuna, hizo lo segundo. Cuando salió de la habitación se encontró con la hija de la dueña que venía a hacer las camas, ella vio la mancha de hollín sobre su ropa.
-¿Necesitas asistencia?
-Eh, no muchas gracias.
-Bueno, ¿me permite ir a acomodar la pieza?
-Mil disculpas, me encargué de hacer la cama hace un rato.

MissingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora