El tiempo volaba y aún así, Denki seguía sin creerlo del todo. Ya había perdido la cuenta de cuántos aromatizantes había puesto en su oficina donde Denki estaba pasando tiempo excesivo interrogando lo.
Algunos de estos días lo iba a explotar.
Por otro lado, el ciclo escolar en Estados Unidos ya había acabado, pero no había recibido noticias del mayor, e Ikuto le había dado respuestas muy vagas.
Realmente no sabía que estaba pasando, pero esperaba poder verlos pronto.
- ¿Por qué demonios ocupas tantos aromatizantes? - dijo Denki, viendo uno en cada esquina. - me está hostigando.
- No te atrevas a tocarlo si no quieres quedar sin mano.
Eijiro veía todo cómodamente desde el sillón, había sido un día agonizante, pero habían acabado con el papeleo.
Estaba cerrando los ojos cuando empezó a escuchar ruido excesivo fuera de la oficina del cenizo.
Dos golpecitos en la puerta y se asomó la secretaria con el permiso de bakugou.
- Disculpe... hay alguien..., hay alguien que lo viene a ver. - ¿Qué pasaba con ella? Qué demonios con su nerviosismo.
Y si no hubiese sido por los aromatizantes lo hubiese sentido. - Que pase.
Estaba por mandarle un mensaje a Izuku cuando escuchó su voz.
- Tu oficina es muy bonita. - ahí lo tenía, en frente con una hermosa sonrisa.
Los tres dentro de la oficina quedaron petrificados. Kaminari no podía creer la existencia de un Omega tan hermoso, él era Omega, pero no le llegaba ni a los tobillos. Por otra parte Kirishima, estaba embobado a pesar de que su Omega estaba en la misma habitación, no creyendo que era el mismísimo Midoriya, las feromonas liberadas por el cenizo lo sacaron de trance, volteo hacia su amigo pero este parecía no reacionar, al menos su lado alfa estaba feliz se notaba en su olor.
Al no recibir reación por parte del alfa, Izuku decidió pedir espacio. - Disculpen la interrupción, pero podrían dejarme a solas con Katsuki.
El único que pareció entender fue el pelirrojo - Claro, disculpa. - tomó a Denki de la mano y se lo llevo en completo silencio.
Cuando escuchó la puerta cerrarse, el pequeño Omega caminó tortuosamente lento hacia el escritorio. Una vez ahí, movió tantito la silla con katsuki encima, y se sentó en la mesa, quedando frente a frente entre las piernas del menor.
- Katsuki, ¿No dirás nada?
El alfa pensaba que era una ilusión, después de todo llevaba días sin dormir bien por la gran cantidad de trabajo. Pero sentir el auténtico olor de las fermonas de su Omega, prendieron las alertas, era real, estaba ahí.
- ¿¡Qué!? ¿¡Cómo!? ¿¡Cuándo!? - dijo algo nervioso, queriendo tocar al Omega, posando sus palmas en los muslos de este. - ¿¡Cuándo llegaste, por qué no me dijiste nada!?
- ¡Sorpresa! - dijo estallando en risa, la reacción tan tierna del menor le hizo morir de ternura, queriendo un poco más de contacto porque lo necesitaba, se sentó en el regazo de Katsuki, tomando el rostro del más alto entre ambas manos, esparció muchos besos, especialmente sobre esa cicatriz, que hace varios meses atrás, katsuki odiaba. - Necesitaba tanto esto...
- Aún no puedo creerlo - respondió, refugiándose en el cuello del mayor, rodeando el pequeño cuerpo con sus brazos.- ¿Por cuánto tiempo? ¿Debería pedir vacaciones?
- En realidad..., me vine a vivir a Japón - Susurró en el oído del menor, dejando un delicado beso en su cuello.
Y aunque fue gentil y delicado, sin segundas intenciones, Katsuki no pudo evitar que su cuerpo tiemble ante el contacto, no analizando lo dicho por el pecoso, reaccionando de a poco, se sentía sensible después de mucho tiempo sin sentir a su novio.
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Coincidencia Marcada Por El Destino
RandomActu cada que tenga tiempo 💖🤭 "Déjame recorrer cada una de tus victorias" •Bakugou Katsuki es un alfa dominante y uno de los mejores héroes profesionales de todo Japón. Pero tras los años a obtenido cicatrices que con el tiempo se han convertido...