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Era una completa mierda, ya andaba fastidiado de andar de tienda en tienda buscando un traje que le quede bien. Cada que alguien le decía que no tenían algo que se le ajuste bien los maldecia silenciosamente, seguía siendo una figura pública, aunque le gustaría gritarles en la puta cara y de paso explotarlas.

Quizás debería a ver mandado a hacer un traje a medida, pero no había tiempo.

El tiempo realmente había volado. Pero pensar en eso no le quitaba sus ganas de ir a su casa a descansar o a patear los culos de unos cuantos villanos para desestresarse.

Otra tienda que decía no tener algo bueno para él. — ¡Mierda! ¿No puedo solo no ir?

Mina se detuvo en seco al escuchar a su amigo, hace rato que andaba rabiando y no era para menos, las boutique estaban siendo incompetentes. Cómo no iban a tener algo bueno para cubrir ese cuerpo de adonis que tenía el gran bakugou katsuki.

Pero no podía simplemente no ir.

— Eres el padrino, Katsuki. Debes ir. — Sonrió al ver la cara de decepción. — ¿Pero no estás feliz? Después de todo es el héroe que admiras.

Empezó a caminar sin esperar a la fémina. — Lo estoy, por eso estoy buscando una mierda de traje.

— Deberíamos comer algo antes de seguir, para que se te quite el mal genio.

Katsuki se cruzo de brazos y le dedicó una mirada divertida a su amiga. — Joder no vengas a decir que no los has maldecido también.

— Quizás un poquito... Bueno sí, pero no sé me nota tanto como a ti.

De pronto el rubio cenizo sintió ese dulce y refrescante aroma. — Chocolate de menta — Murmuró, pero no podía ser posible. Mina lo quedó viendo raro sin entender. — Debe a ver una chocolatería por aquí.

Avanzó unos cuantos pasos y en efecto había una chocolatería, entraron haciendo sonar la pequeña campanilla. Mina miraba el local asombrada por la gran cantidad de chocolate que habían, y el olor era delicioso.

Sí, por favor también deme unos veinte de este sabor — Se oía una voz melodiosa hablando con uno de los empleados.

Mamá, estos igual se ven deliciosos.

El empleado asentía a cada petición, nunca habían tenido a un cliente que pida tanto. — A ustedes realmente les gusta el chocolate.

Oh, no no, son recuerdos de boda.

Ikuto sonrió feliz. — Mi abuela se casa.

El empleado se disculpo con un leve sonrojo, y entro a empaquetar el gran pedido de Izuku.

Ikuto, espera afuera, debería estar por llegar. 

En eso Mina saca al cenizo de la chocolatería al ver que este no compraría nada, afuera topando se con un niño que los miraba con los ojos brillosos.

— ¡Oh My Good! — Se tapó su boquita. — Pro hero Pinky.

Ella se acercó muy alegremente al niño. — Oh, que niño más lindo ¿Quieres un autógrafo?

No pudo formular respuesta pero asintió con su cabecita, ella siempre cargaba con una libreta para dar autógrafos, firmó felizmente. — Venga, firma tu también.

— Vete a la mierda — le dijo a su amiga, pero de reojo vio la ilusión de ese niño, que ahora, se le hacía extrañamente conocido, sintió leves feromonas alfas, almendra.

Le quito la libreta de las manos y escribió su firma — ¿Cuál es tu nombre mocoso?

— I'Ikuto Midoriya — No podía creerlo, llevaba cinco días en Japón y ya había logrado obtener el autógrafo de su héroe favorito.

No sabía que tanto estaba escribiendo en la hoja, pero estaba feliz.

Mientras tanto Katsuki, quien sintió esas maternales feromonas de chocolate de menta, estaba escribiendo algo significativo al recordar a ese niño y sus palabras de agradecimiento.

"Sigue creciendo sano y fuerte, para que algún día, seas tu quien salve a tu madre de los villanos."

Katsuki le hizo entrega de dos hojitas, con las firmas correspondientes. Volteandose al sentir más fuerte ese dulson aroma.

Sin pensarlo volvió a murmurar — Chocolate de menta.

— ¡Puedes oler a mamá! — dijo emocionado pero algo extrañado el pequeño. Katsuki no sabía a qué se refería, claramente podía, el era un alfa y ese joven peliverde un Omega. Aunque era muy leve ahí estaba ese aroma dulce pero refrescante.

— Claro que puedo.

Sus ojitos volvieron a brillar. — Eres el primer alfa que conozco, que puede oler las feromonas de mi mamá.

— ¡Ikuto! Ayúdame con esta bolsa, aún quedan otras... oh — estaba procesando la escena — Dios mío, es tu héroe favorito ¿Conseguiste un autógrafo?

En realidad sí no fuera por el aroma a caramelo no hubiese sabido quien era. Pero, no podía negarlo, el porte de ese hombre. Sabía que estaba mal quedarse más tiempo del debido mirándolo, pero es que esa cicatriz:

Es hermosa — Susurró tan bajito que nadie entendió

— ¡Mamá, ella igual es una gran héroe profesional!

— Oh, eso es increíble. — dijo dejando la bolsa en el piso. — Muchas gracias por darle un autógrafo a mi hijo, es realmente un fanático de ustedes. Y Dynamight, ese día, no le agradecí correctamente... — hizo un gran reverencia — Estoy realmente agradecido, por favor, siga haciendo el magnífico trabajo que hace, y cuidese. Ikuto realmente lo admira.

— ¡Mom! Me averguenzas.

Y Katsuki pareció estar unos segundos en el cielo, que pasaba con ese Omega, era bellísimo, y su voz era la gloria.

— Lo siento... — Dios mío su risa. — Ahora, me disculpo, Ikuto ayúdame con las bolsas, ya llegaron por nosotros.

Katsuki había quedado paralizado, no sabía que decir o como actuar, mina solo lo veía raro. El peliverde estaba por subir al auto cuando recordó lo que había escuchado casualmente.

— Disculpe, mamá de Ikuto. — dijo elevando tantito la voz.

El pecoso se detuvo al instante, alejándose unos pasos del carro, dándole toda su atención al cenizo.

— No fue mi intención escuchar su conversación hace un momento, pero... — se rasco la nunca nervioso. — escuché que su madre se casa y yo me preguntaba si conoce alguna butique...

— Oh — Izuku entendió, en Japón era muy difícil encontrar ropa formal, especialmente viendo el cuerpo de ese hombre, debió ser difícil. — Conozco una. — le dijo con una linda sonrisa, entregándole una tarjeta. — Espero pueda encontrar algo bueno.

Katsuki la tomo con ambas manos, incluso a Mina se le hacía gracioso lo estúpidamente educado que estaba siendo.

Por otra parte el pecoso no podía aguantar más y antes de subir al auto soltó:

— Me encanta tu cicatriz... es bellísima.

Y nuevamente sentía que estaba levitando, ¿Quizás la cara redonda ocupo su quirk en él y no se dió cuenta?

Lo último que pudo escuchar fue.

Mom ¿No te dió miedo? Dynamight es un alfa dominante.
























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Este capítulo igual lo reescribí 🫠 creo que quedó mucho mejor.

Coincidencia Marcada Por El Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora