Capítulo 21

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El ambiente alrededor había estado tenso los últimos días. De poder explicarlo, lo habría hecho; pero Sakura se encontraba con la dificultad de saber a ciencia cierta de qué se trataba. ¿Un presentimiento o simple paranoia? Le habría encantado tener la respuesta; aunque cuando Rin se le acercó en su tiempo libre, llorando como si una terrible desgracia hubiera sucedido... Bueno, el vacío en su estómago se agrandó tanto que ya no pudo respirar. Y cuando su mejor amiga le contó que sentía una especie de pálpito que no la dejaba dormir, Sakura entendió que más que locura se trataba de algún tipo de señal cósmica.

Dios, el cielo, la vida, el demonio o quien fuera estaba advirtiéndole. ¿Sobre qué? Otro dilema.

Poco tiempo después, no estuvo segura de si fue para su fortuna o desgracia, el panorama teñido de negro comenzó a aclararse para exponer la verdad ante ella. Y no le gustó en absoluto, en especial debido a que implicaba a dos de las únicas tres personas que le importaban en el mundo: Sasuke Uchiha y Kakashi Hatake. Traicionados por La 'Ndrangheta, las cabezas de tanto el Don como el Consigliere tenían un precio. Uno tan grande que muchos estaban dispuestos a arriesgarse para cobrarlo. Sakura sospechaba que entre ellos varios de los que debían protegerlos.

Así pues, con el paso de los días, las miradas sobre ellos se volvieron más curiosas de lo habitual, tanto como los murmullos indiscretos. Sasuke había tomado medidas; sin embargo, al no saber en quiénes podían confiar, empezó a comportarse de forma errática: mirando todo el tiempo detrás de su hombro aislándose la mayor parte del día; incrementando los sobornos para los guardias; teniendo reuniones más frecuentes con el hombre que se hacía llamar su abogado...

A pesar de eso, nada se comparaba con la expresión en sus ojos, que era como la de alguien que había visto el horror de su futuro y ahora no pudiera olvidarlo. O peor aún, lo esperase con resignación. Incluso cuando se encontraban a solas se comportaba distinto durante el sexo. Sakura estaba segura de haber visto todas sus facetas, desde la más sádica y dominante hasta la más suave y cariñosa a su manera; esto, por otro lado... Estaba ausente, aun cuando la tuviera debajo de su cuerpo y la tomara mirándola a los ojos, él no se encontraba ahí. El vacío insondable de su mirada conseguía estremecerla, tragársela y llevarla a ese lugar solitario —en exceso frío— en el que se Sasuke se escondía.

En otras ocasiones, únicamente se la sentaba en las piernas y la estrechaba entre sus brazos fuerte, Dios tan fuerte, que le dolían todos los músculos. En silencio, uno tan profundo que solo se escuchaban sus respiraciones, Sasuke permanecía con la cabeza escondida en el pecho de Sakura o en la curvatura de su cuello, donde también la besaba. El roce de sus labios era gentil y hasta un poco tímido, como si pensara que podía romperla, como si se negase a hacerlo y, después... Dependía de la volatilidad de su ánimo.

A veces se sentía como si se despidiera y el solo hecho de imaginarlo le partía el corazón en millones de fragmentos. Sakura se negaba a perder a otra persona, en especial si era de un modo violento. Si bien ahora su amor por Yutaka era un bonito recuerdo, las circunstancias de su partida continuaban doliéndole. Imaginar que también lo hacía con Sasuke le humedecía los ojos. Sin importar cuál fue el origen de su relación o de si ni siquiera tenían una, cómo fue su actitud anterior o de si continuaba siendo ambigua, lo amaba. Amaba al Diablo de La 'Ndrangheta con el único amor que le quedaba y él a su vez era lo único que ella tenía.

Por lo que cuando la desgracia llamó a la puerta, la sorprendió desnuda y con la guardia baja.

Días antes, Rin había aparecido llorando nuevamente. Sakura comenzó a preocuparse hasta que su llanto se transformó en una risa alegre y ella exclamó mientras se limpiaba las lágrimas: «¡Me voy!». Por supuesto, entendido al instante. Kakashi cumplió su promesa: su caso fue revisado, las regularidades expuestas y ella declarada inocente. O era lo que iba a suceder en los próximos días según las palabras del abogado que contrataron.

La mujer del Diablo | SASUSAKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora