Candy durmió toda la noche junto a Terry, él en una posición claramente incómoda y ella comenzaba a tener vagos sueños de realidades confusas. En la mañana, Leonora hacía su última ronda antes de salir de su turno encontrándose a ambos dormidos profundamente.
- Candy, Candy... despierta – Leonora la movió lentamente.
- Mmmm Leonora, ¿qué pasa? – preguntó Candy somnolienta.
- Se han quedado dormidos y si Robert pasa por aquí...¡Uy no! Ni imaginar qué haría. Le podrías pedir al señor Grandchester que se mueva de tu cama – sugirió Leonora ligeramente sonrojada.
- ¡No quiero! – rebatió el castaño ante su rubia amiga.
- Terry, ¿estabas despierto? – le cuestionó la otrora sorprendiéndose un poco.
- ¡Oh si! Desde hace unos segundos cuando Leonora te llamó por tu nombre – informó el chico a Candy que estaba totalmente enojada.
- Entonces ¿qué esperas? – le preguntó ella.
- Bueno depende, dormí toda la noche en este pequeño pedazo de cama, entiéndeme seguramente necesitaré un quiropráctico – se quejó el castaño alegremente.
- Jajajaja no exageres Terry, me diste dos codazos y además roncas – ahora era el turno de ella.
- No es cierto – rebatió él rápidamente.
- Bueno no es cierto, pero deberías ver qué cara pusiste – comenzó a burlarse de su castaño amigo.
- Eso no es gracioso Candy, si lo que quieres es que me pase allá, lo hubieses pedido – Terry refunfuñando se levantó.
- Sí quiero, porque Robert es demasiado serio y se enojaría – aclaró ella.
- O sea que te importa más lo que él piense que... lo que yo sienta – exclamó sintiéndose ofendido.
- ¡Señor Grandchester! – exclamó Leonora alarmada.
- Mejor me voy, tu silencio lo ha dicho todo – el herido caminó rumbo a la puerta, haciendo que Leonora y Candy sonrían ante ese dramatismo.
- Pero Terry, te enojas por algo sin razón – exclamó la rubia con una sonrisa dentro de su corazón.
- Sin razón has dicho, ya veo, adiós señorita enfermera – se despide de Leonora y sale rápidamente, herido del corazón.
- ¡Candy te pasaste! – la reprendió Leonora dándole un golpecito en la mano.
- Bueno tú conoces a Robert, no creo que esté enojado ..bueno quizás un poco – rebatió Candy.
- Ay Candy ese pobre chico está enamorado de ti – aclaró Leonora, quitándole la sonrisa del rostro a la rubia.
- Lo sé, lo he notado, pero no puedo corresponderle Leonora, yo... yo amo a otro hombre...que está muy lejos de mí – acabó confesando ella.
- Candy, dime ¿por qué te enlistaste a la guerra? – pregunta Leonora mientras le toma la presión.
- Porque es nuestro deber Leonora – le responde observando la técnica para la toma de presión.
- Sí señorita Andley, pero también lo es tu familia – recalca Leonora cuando la rubia desvía la mirada, deteniéndose a pensar en Albert.
- Veo que ya lo saben, siento que se hayan enterado así...de esa manera – mira de lado a Leonora sin sentir culpabilidad.
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Enfermera de guerra
Fiksi PenggemarUna obligación se había convertido en un asunto sin importancia, la lejanía de un amor en desinterés, la poca privacidad en un ahogo constante, el amor desmedido en apatía y el desconsuelo en confusión. Su verdadera profesión no era ser una dama dig...