Capítulo X

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Candy durmió toda la noche junto a Terry, él en una posición claramente incómoda y ella comenzaba a tener vagos sueños de realidades confusas. En la mañana, Leonora hacía su última ronda antes de salir de su turno encontrándose a ambos dormidos profundamente.

- Candy, Candy... despierta – Leonora la movió lentamente.

- Mmmm Leonora, ¿qué pasa? – preguntó Candy somnolienta.

- Se han quedado dormidos y si Robert pasa por aquí...¡Uy no! Ni imaginar qué haría. Le podrías pedir al señor Grandchester que se mueva de tu cama – sugirió Leonora ligeramente sonrojada.

- ¡No quiero! – rebatió el castaño ante su rubia amiga.

- Terry, ¿estabas despierto? – le cuestionó la otrora sorprendiéndose un poco.

- ¡Oh si! Desde hace unos segundos cuando Leonora te llamó por tu nombre – informó el chico a Candy que estaba totalmente enojada.

- Entonces ¿qué esperas? – le preguntó ella.

- Bueno depende, dormí toda la noche en este pequeño pedazo de cama, entiéndeme seguramente necesitaré un quiropráctico – se quejó el castaño alegremente.

- Jajajaja no exageres Terry, me diste dos codazos y además roncas – ahora era el turno de ella.

- No es cierto – rebatió él rápidamente.

- Bueno no es cierto, pero deberías ver qué cara pusiste – comenzó a burlarse de su castaño amigo.

- Eso no es gracioso Candy, si lo que quieres es que me pase allá, lo hubieses pedido – Terry refunfuñando se levantó.

- Sí quiero, porque Robert es demasiado serio y se enojaría – aclaró ella.

- O sea que te importa más lo que él piense que... lo que yo sienta – exclamó sintiéndose ofendido.

- ¡Señor Grandchester! – exclamó Leonora alarmada.

- Mejor me voy, tu silencio lo ha dicho todo – el herido caminó rumbo a la puerta, haciendo que Leonora y Candy sonrían ante ese dramatismo.

- Pero Terry, te enojas por algo sin razón – exclamó la rubia con una sonrisa dentro de su corazón.

- Sin razón has dicho, ya veo, adiós señorita enfermera – se despide de Leonora y sale rápidamente, herido del corazón.

- ¡Candy te pasaste! – la reprendió Leonora dándole un golpecito en la mano.

- Bueno tú conoces a Robert, no creo que esté enojado ..bueno quizás un poco – rebatió Candy.

- Ay Candy ese pobre chico está enamorado de ti – aclaró Leonora, quitándole la sonrisa del rostro a la rubia.

- Lo sé, lo he notado, pero no puedo corresponderle Leonora, yo... yo amo a otro hombre...que está muy lejos de mí – acabó confesando ella.

- Candy, dime ¿por qué te enlistaste a la guerra? – pregunta Leonora mientras le toma la presión.

- Porque es nuestro deber Leonora – le responde observando la técnica para la toma de presión.

- Sí señorita Andley, pero también lo es tu familia – recalca Leonora cuando la rubia desvía la mirada, deteniéndose a pensar en Albert.

- Veo que ya lo saben, siento que se hayan enterado así...de esa manera – mira de lado a Leonora sin sentir culpabilidad.

Enfermera de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora