CAPÍTULO 2| JUST DANCE

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MADDIE

Me levanté perezosa de mi cama cuando sonó mi móvil indicando que me entraba una llamada. Descolgué al ver que era Jane.

—Buenos días, pequeño mosquito—saludó.

—Buenos días.

—Oye, me ha llamado Logan. Dice que hoy hay una batalla de baile de esas de las que nos habló—me recuerda.

—¿Y?

—Nos ha invitado y dice que, si queremos, podemos ir unas horas antes para mirar el local y, si queremos, alquilar una sala de videojuegos, karaoke o baile. ¿Que dices? Las demás se han apuntado también, solo faltas tú.

Suspiré.

—¿A que hora quedamos?—le pregunté y, sin verla, pude deducir que tenía una sonrisa en la cara.

—A las cinco en el Joey's. Allí nos recogerá Parker para guiarnos hasta el local.

—¿No podemos usar el GPS?—dije suspirando al oír la palabra Parker.

—Dice que es un poco complicado llegar y que prefiere recogernos.

—Está bien—otro suspiro—, nos vemos a las cinco.

—No llegues tarde.

—Nunca llego tarde.

Escuché su risita antes de colgar. Le dije al aparatejo ese del Amazon que me pusiera una playlist cualquiera y empezó a sonar A Sky Full Of Stars, de Coldplay.

Primero me fui a la cocina a prepararme mis típicas tostadas con tomate y aguacate. El café helado no podía faltar tampoco. Apagué la música y me fui al pequeño salón ara encender la televisión y ver mi telenovela actual, Anne with an E. Terminé de comer y lavé lo que había ensuciado.

Como aún quedaban tres horas para ir al Joey's, decidí llevar mis cosas de moldear al salón. Mi proyecto actual era un corazón realista, y me estaba costando un poco. Busqué la página web donde estaba el corazón en 3D y me humedecí las manos y la masa para poder continuar. Le dije a Alexa—ya me acordé de su nombre— que pusiera Guts—y si no te gusta Olivia Rodrigo, ajo y agua—. Comencé a cantar al ritmo de ballad of a homeschooled girl.

Cuando mis manos y mi culo comenzaron a doler por a) moldear tanto y b) estar en el suelo, decidí guardar las cosas en mi carrito y dejarlo en mi cuarto para bañarme. Después de una ducha de pelo incluido, me vestí. El outfit of the day eran unos jeans ajustados con un top corto que me llegaba por la mitad de las costillas, haciendo notable el piercing de mi ombligo, del que colgaba una mariposa plateada. Como hacía frío, me puse una sudadera ancha y verde. Me coloqué las Converse que tenía ayer y me fui al baño para secarme el pelo. Eso hice y me puse esa cosa de maquillaje para taparme las ojeras, máscara de pestañas y un gloss rosa claro.

Miré la hora, las cinco menos cuarto.

Cogí mis llaves y el teléfono ante de cerrar la puerta de casa y echar llave. Salí de la urbanización y me subí a la moto. Arranqué y en cinco minutos estaba en el Joey's. Parker—¿quien coño se llamaba Parker? ¿No era ese un apellido?— estaba con él teléfono escribiéndole a alguien. Sentí curiosidad, pero recordé que es un borde de mierda y la curiosidad se fue corriendo como cuando corres porque te van a pillar en un juego de educación física.

Me bajé de la moto y saludé a Parker, quien no me devolvió el saludo.

—Eh, ricitos, te he dicho hola—le repliqué, pero no se inmutó.

—Como me vuelvas a llamar ricitos, la tienes conmigo.

—¿No me puedes saludar pero sí advertir? Que caballero.

HEARTBREAKERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora