CAPÍTULO 8| KARAOKES CON UN TOQUE DE DRAMA Y ROMANTICISMO

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MADDIE

—Chicos, se supone que la cama es para la paciente.

Abrí los ojos lentamente, acostumbrándome a la luz de la habitación. Me di cuenta de que tenía, literalmente, mi pierna encima del cuerpo durmiente de Jax y uno de mis brazos le rodeaba el cuello. Me senté y miré a la enfermera que tenía delante.

—Lo siento, anoche tuve una pesadilla muy fea y necesitaba algo de compañía—le expliqué.

—Tranquila, será nuestro pequeño secreto—comentó—. Tenéis media hora antes del electro, después, te darán el alta y las citas que acordamos.

—Gracias.

—Hasta luego.

Me dedicó una amable y sincera sonrisa antes de marcharse por la puerta. Bostecé antes de volver a tumbarme con él. Por un ratito más no pasaría nada.

* * *

Unos veinte minutos después, los dos ya estábamos despiertos; Jax en la silla y yo en la camilla. Él se había ofrecido a traerme un café y un cruasán, que era lo que estaba desayunado. Por otro lado, mi acompañante tenía un té de manzanilla con un muffin de vainilla con chispas de chocolate. Un tiempo después de la comida más importante del día, me hicieron el electro y me dieron el alta con las citas para la semana próxima.

A continuación, Jax y yo fuimos al Joey's, ya que estos días no había ido a practicar con la banda. Salí del coche, me despedí de Jax diciéndole que estaríamos allí hora y media antes para comprobar los equipos de sonido y, al entrar, saludé a Víctor, quien me devolvió el saludo y no me dijo nada más, por lo que supuse que Alex no le contó nada. Menos mal, prefería mantenerlo en secreto. Al menos hasta que me dijeran si era enfermedad o cosa de ese día.

Cuando llegué a la parte del escenario, Sarah estaba montado la mesa de DJ. Me acerqué a ella e hicimos nuestro saludo especial.

—Ey, ¿que tal te fue el otro día con tu familia?

—Sarah, el otro día fue ayer.

—Lo mismo. Cuéntame, ¿viste al tal Alex?

—Sí. Estuvimos hablando, y resulta que sale con Víctor.

—¿De verdad? No me lo esperaba. Igual, tengo que conocerlo. Y hacerle lo de los signos zodiacales.

—Que pesada con eso.

—Pues que sepas que soy una experta—dijo haciendo énfasis en la última palabra.

—Ya, claro.

—Que sí, te lo prometo. He hecho el tuyo y el de Jax.

—Vale.

—¿Como que vale?—se puso una mano en el pecho—. ¿No quieres saber que sale?

—No.

Mentía. Me moría de ganas de saber que ponía.

—Bueno, dejemos este tema. ¿Dónde estás las demás?

—En el camerino. ¿Vamos?

Asentí con la cabeza y nos encaminamos hacia nuestro destino. Abrí la puerta y saludé a todas. Dios, parecía que no las veía hace una eternidad.

HEARTBREAKERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora