CAPÍTULO 3| ¿QUIEN ES ESE?

19 2 1
                                    

—Chicas, brindemos porque ya somos un millón en las redes sociales, porque últimamente nos pasan cosas geniales y porque busco una excusa para emborracharnos.

Todas reímos e hicimos el brindis antes de que el agrio líquido pasará por nuestras gargantas. Arrugué la nariz ante el sabor y me reí al ver la cara de Carmen. Parecía que había comido un limón.

—No...—intentó decirientras tosía—No estoy acostumbrada a beber esto.

—Tranquila—le dije—, ni si quiera te darás cuenta de que con unos cuantos tragos, te pasará como agua por la garganta.

Ella solo asintió y comenzamos a charlar. Me hizo gracia que hablábamos como si fuéramos amigas de toda la vida y no se hace solo un día.

Le hicimos muchas preguntas a Carmen y ella muchas preguntas a nosotras. Resultó ser que estudiaba para ser forense y que pensaba graduarse con un grado más alto para que la aceptaran rápidamente.

—...y entonces vino el perro y yo pensaba que quería ser mi amigo y me mordió en la pierna—contó Kitty riéndose.

Las demás también nos reímos porque gracias al cielo fui testigo de esa escena. Llevábamos como media botella y para calmarme un poco pedí una piña colada con coco, mi favorito.

Vimos que los chicos ya venían y sorbí y sorbí son parar por mi pajita viendo cómo se sentaban todos y entrecerrando mis ojos cuando vi que Parker se sentaba en frente mía. Me enarcó una ceja, ese movimiento lo hacía mucho cada vez que me miraba.

Sin darme cuenta, ya llevaba tres vasos de piña colada y unos diecinueve de aguardiente. Me sentía como una pluma. Sentía que flotaba. Quería dormir y por otros momentos bailar. Quería soñar con los angelitos y por otros momentos me quería quedar despierta hasta que me ardieran los ojos.

Me tomé un último vasito de aguardiente antes de levantarme de la mesa, tambaleándome un poco, hacia el medio del balconcito. Me quedé mirándolos quieta y empecé a morderme el labio moviendo la cabeza antes de comenzar a bailar al ritmo de Solo Dance. Agh, adoraba esta canción. Comencé a cantar también y Tim y Jane se unieron conmigo.

Pronto, no sé en que momento, estábamos abajo bailando con la gente al ritmo de Baila Morena.

Estábamos apretujados contra un montón de gente. Me daba igual, yo seguía bailando y moviendo las caderas. Un chico pasó por mi lado y le quité uno de los vasos que llevaba en la mano. Al oler que era cerveza, me encogí de hombros y me la tomé en tres grandes tragos. Dejé el vaso por el suelo y seguí moviendo mi cabeza y mi trasero mientras bailaba la canción que sonaba en ese momento.

Ahora tenía sed. No me quería mover. El mismo chico pasó con otras cervezas e hice lo mismo de antes, le robé una y me la bebí entera. Creo que el chico me miró mal, pero no me importó porque me dio el otro vaso que tenía y también me lo bebí de una.

Mi pelo estaba alborotado, al igual que yo. Me sentía como si volara, como si la única parte de mi cuerpo existente fuera mi cabeza. Jane se fue un momento a la barra y, como pudo, trajo cervezas para todos. Sonreí y me tomé esa tercera bebida en unos cuantos sorbos.

Sentí un cuerpo por detrás de mi cuando me iba a caer porque alguien me empujó. Alcé la cabeza inconscientemente y me topé con la mirada de Parker.

—¿Tantas ganas tienes de que te baile?—le dije, me reí y, sin esperar, respuesta agarré las manos que tenía en mi cintura.

Pasé sus brazos por encima de los míos y luego comencé a bajar lentamente moviendo mi culo contra el cuerpo de Parker. Subí lentamente y me giré para quedar frente a frente y hacer el mismo movimiento. Me reí en bajito.

HEARTBREAKERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora