Pequeño conejo.

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JIMIN.

¿Tenía que morir para que me visite?

Literalmente estuve internado dos semanas, postrado en una cama y jamás tuve una visita de él. Llegó todo el salón a visitarme, pero ni por asomo lo vi.

Me sentí indignado.

Luego, cuando el yeso fue retirado y mi brazo quedó como nuevo, tuve que alejarme de él. Papá se volvió histérico y no dejaba que saliera al patio a jugar. Todo ocurría dentro de casa siendo vigilado por alguno de mis hermanos.

Me sentía preso.

Tenía el espíritu de un explorador, soñador. Necesitaba salir de estas cuatro paredes o hablaría con mis peluches.

—Por fi? —. Imploré haciendo pucheros exagerados al mismo tiempo que colocaba mis manos en forma de súplica—. Por fi, por favoooorrrrrr...

Haneul retiró la mirada de inmediato para no caer ante mi ternura.

—No. Papá dijo muy claro que no puedes salir sin alguno de nosotros.

—Iré a ver a mi vecino.

—¿con qué vecino, eh?

Rodé los ojos. Haneul no entendía que merecía explicaciones.

—Estudiamos juntos. Es mi amigo.

Mentí.

Jungkook no era ni por asomo un amigo, era más como un extraño. Me quería sí, ¡me quería bien lejos!

—Es una pena, tendrás que ver a tu pequeño amigo en el colegio, ¿bien?

Suspire a medida que me resignaba y bajaba la cabeza en señal de derrota. Necesita crecer y no sé cómo lo haría, ya que odio las verduras.

Como todo un hombre derrotado me fui en busca de mi cama. Aquella que por ahora era la única que me entendía. Mire hacia la ventana y estaba lloviendo. Mamá y papá no deben tardar en llegar. Entre ellos las cosas estaban tensas. Supe que papá se preocupó tanto por mí que no midió sus palabras con la desesperación, bueno al segundo se arrepintió, ya que no deja de seguir a mamá por toda la casa. Inclusive ayer por la noche mamá durmió en el sofá y cuando baje por un vaso de leche pude ver a papá echado bajo la alfombra sosteniendo la mano de mamá. En cualquier momento arreglarían. Por el hecho de que papá no puede vivir sin su bonito, vive detrás de él día y noche. Debe ser un total castigo lo que le está pasando.

Pobre.

Y pobre, yo que sigo mirando hacia la ventana. Nada sale como quiero, en lugar de ello. Me muerde un zorro y a quien tanto ansió poder hablar me salva, pero luego hace como si no existirá.

Bueno, ¿pero, me lamió, no?

Ósea, ¡no habla,  pero me lame!

Vaya problema.

¿Estoy avanzando o retrocediendo?

Mire hacia la casa de mi vecino y todo se veía normal, por algún motivo extraño la señora Jeon no estaba y se veía solo la habitación de Jungkook siendo iluminada. Hasta su casa se veía seca e insípida, mientras la mía ni bien cruzas puedes caer hasta el pasto a ver el jardín.

Esto era como lo bueno y lo malo. El negro y el blanco.

Su ventana estaba directa a la mía, pero la cortina gigante me impedía ver.

Estuve por retroceder para volver a bajar e insistir a Haneul con querer salir, pero de pronto lo vi, me asusté tanto con ser descubierto que retrocedí escondiéndome. Llevaba una caja, no muy pesada, se veía un poco sucia y definitivamente Jungkook estaba cubierto de tierra.

𝐃𝐚𝐫𝐤. © [LA SALVACIÓN EN TUS MANOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora