Cazador o presa.

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JIMIN.



—No—. Solté mis brazos y lo reté—. No me iré sin saber que es este lugar.

Su rostro cambió de pánico a furia. Sus pupilas se dilataron, estaba internado no perder el control.

—¡No sabes en lo que te metes!—. Bramo con furia—.¡No perteneces a este lugar!

Quise replicar; sin embargo, camino a zancadas tomándome del brazo de forma brusca y me hizo caminar a tirones detrás de él. Sus uñas por alguna razón las podía sentir, mi chaqueta no era tan fina, sin embargo, la presión la sentía.

—¡Me estás lastimando!—. Repliqué intentando soltarme.—. ¡Suéltame ahora mismo, Yoongi!

—Te tienes que ir.

A jalones intento llevarme por otro pasillo y estuvo a punto de voltear cuando el gigante gorila se nos atravesó. Yoongi se tensó, maltrató sus labios con fuerza y me soltó de forma brusca.

—Mentita.—. El gorila le habló dulcemente, sin embargo, sonó tenebroso—. ¿Me explicas que es lo que tratas de hacer?

Yoongi cerró los ojos apretando los puños. No lo miraba, no podía levantar la cabeza y enfrentarlo. Me pareció tan peculiar que hace un segundo este iracundo y ahora se reprima.

—Solo lo llevaba al baño...—. Susurro—. Es nuevo y no conoce...

El gorila levantó una ceja a mi dirección y yo solo hice un gesto con los hombros restándole importancia, aunque por dentro esto muriendo de miedo.

—Voy a creer esta mierda, mentita.—. Dijo haciendo un movimiento peligroso con un cuchillo que no sé de donde diablos sacó.—. Llevarás a la presa nueva a cambiarse y luego se reunirán en el salón.

—Sí.

Yoongi me tomo del brazo rápidamente con intensiones de abandonar rápido el pasillo, sin embargo, la voz del hombre nos detuvo.

—Si no veo a esa presa en el salón... —. Amenazo—. Haré...

—¡Estará!—. Asintió frenético, gritando intentando que no continúe—. La presa estará en el salón. Lo prometo.

Volvimos por el mismo pasillo anterior y a mí ya me picaba los brazos. El sol ya se estaba ocultando y su agarre no me abandono por algunos minutos buscando una habitación. No hablé, ni quise seguir preguntando. Lo descubriría tarde o temprano. Yoongi se mordía con fuerza los labios y su piel creo que bajo dos tonos más de pálido. Yo era pálido, pero Yoongi definitivamente abusaba.

Al momento de llegar a una puerta azul, me tiro metiéndome a empujones.

—¡Que es lo que...

—No sabes en lo que te has metido, Jimin...

Su mirada brillaba por las lágrimas, por alguna razón vi al chico que conocí temeroso por las personas que lo intimidaban.

—Lo siento...—. Susurre de pronto sintiéndome mal.—. No te seguí, no fue mi intención estar acá. Pero lo estoy y por más que intente darme la vuelta ya no se puede.

𝐃𝐚𝐫𝐤. © [LA SALVACIÓN EN TUS MANOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora