4500 palabras intentando dar todo de mi, espero no aburrirles.
JIMIN.
No podía creerlo, había pasado tantas cosas en un día. ¿Si todo fue un sueño? Mi cuerpo chillaba recordando, él había tenido su boca hurgando mis entrañas.
!Y no me arrepentía!
Giré al rededor de tres veces más en mi cama. Cuando había despertado, Jungkook ya no estaba a mi lado, por lo que no tuve tiempo de buscarlo cuando mi celular sonó y me levante totalmente asustado. Mis cosas estaban sobre la mesita de noche. Me cambié rápidamente al ver en la pantalla el nombre de mi padre. Si llegaba un minuto más tarde estaría en serios problemas.
Torpemente, me cambié, estuve tentado a llevarme la playera con alguna excusa de lavarla, sin embargo, deshice la idea. Si mi padre me veía entrar con ropa de alguien más, entonces me haría un interrogatorio extremadamente horrendo. Y ni hablar de mis hermanos.
Entre cuidadosamente, intenté que nadie se percate de mi presencia, no obstante la voz de mi madre me dejó a medio escalón por subir.
—Jovencito.
¡Dios mío! Después del temor de las reprimendas de mi padre, le tenía más terror a las de mi madre.
—Mamá...—. Susurre dándome la vuelta para enfrentarlo.
—Ven a desayunar.
Mi ceño se frunció. ¿Eso era todo?
Camine siguiéndole los pasos, mis fosas nasales se abrieron al olor de las galletas con duraznos recién horneadas. Mi cerebro solo recordó una cosa: si había galletas de duraznos, entonces... mis pasos se apresuraron y...
—¡Mochi!
¡Dios mío! No podía creer que lo tenía frente a mí.
Llegue a zancadas y me tire a sus brazos rodeándolo completamente, lo había extrañado tanto que no pude retener mis lágrimas.
—¡Yo también te extrañé, Mochi!—. Susurro besándome mis cabellos.—. Ya volví.
Me separé un poco y de pronto me sentí muy molesto.
¡Este tonto tenía que pagármelas!
—¡Eres un insensato!—. Reclame mordiéndole el hombro.
—¡Jimin, duele!
—¡Si te vuelves a ir sin decírmelo, jamás te lo perdonaré!
Trate de morderlo del otro hombro, pero me boto tirándome sobre el sillón. Me puse de pie rápidamente y traté de alcanzarlo, él solo me tiraba cojines intentando detenerme.
—¡Mamá!—. Grito.—. ¡Dile que deje de morderme!
—¡Mamá no te va a salvar de mi furia!—. Dije abalanzándomele.—. Eres hombre muerto.
Peleamos durante un rato, me le subía encima, le mordía y luego me tiraba a la alfombra. Se repetía una y otra vez lo mismo, no me cansaba. ¡Tenía que vengarme de alguna forma!
ESTÁS LEYENDO
𝐃𝐚𝐫𝐤. © [LA SALVACIÓN EN TUS MANOS]
AcakJimin desde que tiene uso de memoria, siempre deseo conocerlo, siempre quedó en su "deseo" a pesar de haber pasado un poco más de 15 años persistiendo, después de muchos sucesos inevitablemente desistió; sin embargo, solo él sabe que su obsesión no...