Capítulo 22

489 84 59
                                    

Sabía que aún era temprano pero llevaba días con una sensación muy extraña sobre su piel, se sentía como si miles de ojos lo observaran desde la oscuridad del bosque, le hacía sentirse incómodo. Estaba dando vueltas en la cocina con ansiedad, no conseguía dormir porque sentía que había alguien allí fuera, era demasiado inquietante para ser honestos, Minho se estaba volviendo loco porque por más que mirara por la ventana de la cocina hacía el abismo del bosque no encontraba nada ni nadie.

Su vista era increíble y nunca tuvo problemas de ver por la noche, por lo que sabía que efectivamente se encontraban solos, pero había algo que le decía que no era del todo cierto, era una sensación espeluznante. Saltó en su sitio cuando sintió una pequeña mano posarse sobre su espalda, se cubrió la boca para ahogar el grito que casi soltó.

Felix bostezaba mientras acariciaba su espalda "¿Ha pasado algo, Min-hyung?" todavía seguía dormitando con los ojos cerrados, era una imagen muy adorable de ver con el pelo revuelto y su cara de sueño.
Acarició su cabello intentando peinarlo un poco "Nada, no podía dormir" dijo encogiéndose de hombros sin darle mucha importancia, el pequeño mestizo abrió los ojos para mirarlo "¿Tú qué haces fuera de la cama?"
El pequeño mestizo se apegó al cuerpo del mayor "Binnie se ha ido, estaba solo" frotó su rostro adormilado contra el pecho del castaño.
Minho lo abrazó con cariño mientras acariciaba su espalda "¿Quieres dormir conmigo?" el chico de pecas asentía con una dulce sonrisa adornando su rostro "Vamos" sostuvo su mano y lo llevó hasta su habitación.

No era la primera vez que compartían cama, estaban más que acostumbrados ya que siempre que el joven alfa se marchaba temprano el pequeño mestizo caminaba hacia la cama del mayor, no le gustaba sentirse solo. Minho siempre lo arropaba contra su cuerpo y le acariciaba la espalda hasta que se volvían a dormir, lo acunaba como un bebé y Felix amaba su afecto. Su presencia calmó sus nervios, abrazó al menudo vampiro contra su cuerpo para sentirse aliviado de no estar solo en aquella cabaña, seguramente solo estaba siendo paranoico y se lo estaba imaginando, seguramente no había nadie observándolos.

Se despertó cuando escuchó voces que provenían del exterior, con cuidado para no despertarlo se deshizo del abrazo en el que el pequeño mestizo lo tenía sostenido y salió de la habitación siguiendo el murmullo de las voces, provenían de fuera de la cabaña. Cuando salió encontró a los dos alfas discutiendo bajo mientras cargaban algunas presas hasta el cobertizo, rápidamente vio cómo el rubio alzaba su cabeza y se giraba para verlo, pudo ver que su expresión estaba endurecida y parecía enfadado pero en un segundo esos rasgos se suavizaron y le saludó.

Dejó la presa en el cobertizo y limpiándose sus manos en el pantalón se acercó al mestizo con una amplia sonrisa mostrando sus encantadores hoyuelos "¿Ya has despertado?" Minho asentía mientras bostezaba algo cansado "No del todo" soltó una sonora carcajada al ver al adormilado vampiro frotarse los ojos.
"Estoy despierto" murmuró tan flojo que casi ni le pudieron escuchar, sintió como una cálida mano acariciaba su cabello "¿Has desayunado?" el gran alfa lo acercó a su cuerpo para enterrar su nariz en el hueco del hombro del mestizo inhalando.
"Deberías seguir durmiendo, aún es temprano" su cálido aliento acariciaba su helada piel haciendo que se estremeciera ante la sensación "Yo te cuidaré" su otra mano descansaba ahora en la cintura del vampiro que estaba empezando a sentirse abrumado por la arrolladora presencia del gran alfa.
Una tos a sus espaldas obligó al rubio a poner algo de distancia entre sus cuerpos "Chris-hyung todavía tenemos que guardar esto" señaló a las presas y al cobertizo.
Vio como el mencionado batallaba por separarse de él, le pareció adorable, acunó su mejilla con afecto "Voy a ir a despertar a Lix, vosotros seguid trabajando" se separó del calor abrasador del cuerpo del mayor y caminó hacia la cabaña.

La presencia del mayor siempre conseguía calmar su inquietud de tal manera que lo sorprendía, como algo tan simple como ver que estaba ahí era suficiente para sentirse seguro. Por ello ignoró el porqué podrían haber estar discutiendo los dos alfas, no sentía la necesidad de preocuparse cuando pensaba que nada le podría pasar ahora que Christopher estaba junto a él.

LavenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora