◈Capítulo 16◈

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—Entonces… solo recuerdo que desperté entre las raíces de un gran árbol…— Alice tenía sus facciones fruncidas en confusión, escarbando en los recónditos lugares de su mente. Lucy la escuchaba atenta —Tenía vagos recuerdos de mi vida humana, pero nada esencial que me dijera quien era yo en realidad. Sólo recordaba mi nombre…Alice— se encogió de hombros, sonriéndole a la pelirroja que tenía una mirada afligida.

—Lo lamento, hadita…— Lucy tomó con fuerza la fría mano de la vampira.

—No deberías. Dos años después de convertirme, tuve una visión: tú estabas ahí, hablábamos a la mitad de un prado y tu sostenidas mi mano con fuerza…— contó con emoción en sus ojos.

Fué ahí cuando Lucy lo entendió. Miró el hermoso prado en el que se encontraban y luego observó cómo su mano apretaba con fuerza la mano de Alice. Entonces, sonrió con impresión al darse cuenta.

—Esta es tu visión…— susurró Lucy, sabiendo que los desarrollados oídos de su amiga la escucharían a la perfección.

—Así es. Unos años después me ví con Tommy y a ti te ví con Jasper— reflexionó mirando con atención una pequeña flor púrpura que crecía en el prado. —Asi que no me importa lo que pasó en el pasado, si estoy con ustedes en mi presente y futuro— sonrió mirando a la humana, que parecía a punto de soltar esas lágrimas que sus ojos marrones contenían.

Lucy soltó una risista antes de abrazar con fuerza a su mejor amiga, Alice tuvo razón ese primer día de clases, ellas serían muy buenas amigas.

Jasper y Tommy habían desaparecido hace unas horas para cazar; debido a la visita de Bella a la casa Cullen, ambos debían satisfacer su sed de sangre para evitar incidentes. Sin contar a Alice, quien había empezado la dieta "vegetariana" varias décadas antes de encontrar a los nómadas, Jasper y Tommy eran los más nuevos en dicha dieta. Además, como le habían explicado a Lucy, su melliza tenía un peculiar aroma dulzón, mucho más llamativo que el aroma de una persona normal, esto afectaba a la familia, pero sobre todo a los sureños.

Lucy y Alice aceptaron encantadas a esperarlos en ese hermoso prado y aprovecharon la suave brisa para ponerse al corriente de lo que Lucy no había tenido tiempo de contarle.

—¡Mira, Lucy! El sol está saliendo— la linda hadita apuntó a los finos rayos del sol que se filtraba por las nubes. —¿Ya viste que nos sucede cuando estamos a la luz del sol?— preguntó con una sonrisa traviesa.

Lucy la miró confundida, según Jasper, ellos no se quemaban con el sol. Estaba por responder, pero esa profunda voz y esquisto acento la interrumpió.

—No he tenido oportunidad de mostrárselo, Alice— Jasper sonreía divertido desde lo alto de un árbol. Tommy estaba a unos metros más abajo.

—¿Me extrañaste, amada mía?— preguntó el castaño mirando a Alice, quien sonrió encantada ante la vista de su compañero.

—Siempre— asintió cantarina, estiró una mano en su dirección y automáticamente Tommy bajó de un salto que logró mover la tierra.

—¿No vas a bajar, Tiburoncín? No te morderé si tú no quieres— aseguró divertida, deleitándose con la risita que Jasper soltó ante su comentario.

En un pestañeo, el rubio ya estaba con los pies en el piso y sus manos en la pequeña cintura de Lucy.

—Hola, señorita Swan— saludó, sonriendo de lado. Lucy acarició los fríos costados de su cuello, dándole cosquillas por el cálido tacto. —Te ves hermosa…— balbuceo mirando el cabello pelirrojo de Lucy trenzado y lleno de pequeñas flores blancas.

𝕌𝕟𝕔𝕒𝕟𝕟𝕪 /𝕁𝕒𝕤𝕡𝕖𝕣 ℍ𝕒𝕝𝕖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora