𝕌𝕟𝕔𝕒𝕟𝕟𝕪 /𝕁𝕒𝕤𝕡𝕖𝕣 ℍ𝕒𝕝𝕖

◈Capítulo 19◈

≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪

Lucy divisó a Alice y Tommy hablando en la recepción. Salió rápidamente del lugar, encontrando un taxi disponible apenas salió.

En unos minutos ya estaría en el lugar, el cielo se oscurecía rápidamente, las luces de los edificios pasaban rápidamente por la ventana, parecían manchas de colores amarillos deslizándose en una misma dirección horizontal.

Lucy miró el teléfono entre sus manos y con dedos temblorosos marcó el número de su vampiro.

—¡Lucy! Hola, ¿Están bien?— Jasper contestó al segundo tono, feliz de escuchar a su compañera.

—Me enamoré de ti cuando entraste por la puerta de la cafetería…no podía creer que alguien pudiera ser tan hermoso— la pelirroja habló soltando suave risa, sus ojos estaban cristalizados al pensar que no volvería a verlo.

—¿Lucy…qué estás…?— el tono preocupado de Jasper fue interrumpido.

—Y luego tu hiciste esa…romántica reverencia, no te importó las personas a tu al rededor, solo me sonreiste— contó sonriendo ante el recuerdo. —Eres lo mejor que alguna vez me ha pasado…eres simplemente maravilloso…y no sabes lo agradecida que estoy por ser yo, entre tantas personas en este mundo, tu compañera destinada, Jasper Hale— soltó una risilla combinada con un doloroso sollozo.

—Lucy Elizabeth Swan…¿Donde estás?...¡¿Qué hiciste?!— Preguntó el vampiro, preso de los nervios y el pánico, la voz alterada de Edward llegó a su oído hiperdesarrollado, entonces lo entendió. —¿Por qué, Lucy…?— susurró sintiendo su garganta apretarse.

—Creo que…te amo, Tiburoncin— confesó, sintiendo un gran remolino de sensaciones. —Está en la academia de Ballet, les daré todo el tiempo que puedan— y sin esperar respuesta terminó la llamada. El taxi se detuvo.

Luego de pagar, bajó del vehículo y contempló su destino. La academia de ballet estaba igual a como la recordaba, solo que en esta ocasión, un aura tétrica y lúgubre rodeaba al edificio.

Con pasos temblorosos ingresó al lugar, el frío del ambiente le caló en los huesos, provocando aún más temblores a la pelirroja.

—¿Lucy?, ¿Bella?, ¿Donde están?— la voz de Renee hizo eco en las altas paredes llenas de espejos. Lucy se apresuró en dirección de la voz, resultando le tremendamente familiar esta frase.

—¿Mamá?, ¡Dime donde estás!— gritó devuelta, mirando en todas direcciones. Estaba atenta así alrededor, en caso de que fuera una emboscada, a pesar de que una pequeña parte le decía que ya había entrado a la boca del lobo.

—Ahí están. Lucy, ¿Cuántas veces te he dicho que no puedes golpear a las otras niñas solo porque sí?— la pelirroja se detuvo de golpe, algo en su cabeza hizo click. Abrió las puertas del armario de donde provenían las voces. —Se estaban burlando de mí…— tal como sospechaba, ese viejo video se estaba reproduciendo en una pequeña televisión.

Renee no estaba ahí.

Una escalofriante risa llamó su atención, el reflejo de James estaba en la mayoría de espejos, la miraba con satisfacción, feliz de haber obtenido lo que quería.

—Adoro esa parte, ¿Quién hubiera pensado que una chica tan preciosa fuera tan agresiva cuando se trataba de su hermana?— preguntó cuando Lucy pudo ubicarlo.

—Ni siquiera tienes a Renee aquí…— se maldijo entre dientes, era una de las posibilidades, pero en sus planes estaba ganar tiempo, y suplicar por la vida de su madre y crear todo un drama había sido su genial idea maestra.