Su avasallante mirada de pupilas verticales e irises amarillos cortó a través de él. Por primera vez desde que se conocían a John se le hizo difícil mantener contacto visual con el intimidante Lord General. La mano grande en su barbilla bajó a su garganta, cubriéndola por completo. Vagh'Rasher no apretó, como él anticipaba que hiciera, sino que tan sólo la posó allí, su pulgar acariciando la piel sobre su yugular. Podía sentir todo el frente del General adherido a su espalda, la parte baja de sus amplios muslos aplastando la curvatura de sus nalgas.
―Mi Lord General ―reverenció Dagh'Kāesh, inclinando la cabeza y exponiendo su cuello.
La odiosa voz de trituradora del gemelo hizo que John bajara la cabeza y volviera a la cruda realidad.
Si antes estaban jodidos, ahora estaban prácticamente acabados.
Tres. Tres devoradores (y no unos cualquiera, sino dos de sus guerreros de más alto calibre y su Lord General en persona) y dos de nosotros ya hemos sido heridos significativamente. ¿Qué coño hacemos?
Sus frenéticos pensamientos fueron interrumpidos por la parte afilada de una espada curva apoyándose en su abdomen.
―Sha qûerr âzrrak, koq fegh dzu'mal ―dijo Vagh'Rasher a los otros dos en el aserrado lenguaje de las bestias, su tono gélido y dominante, reconocible para John incluso en un idioma que no hablaba.
Al oírle Dagh'Kāesh pareció desconcertado y volvió a inclinarse, contestando con rapidez, como si estuviera excusándose. A unos metros Leo se movió un poco, todavía tirado en el suelo. Vamos princesa, sé inteligente y hazte el inconsciente un rato más.
John deseó poder ir a chequearlo, pero garras levantando su camisa y tocando su vientre lo mantuvieron justo donde estaba.
―¿Qué carajo piensas que estás haciendo? ―acusó sobresaltado, un músculo temblando en su mandíbula. La fría hoja de la espada curva hizo contacto con la piel desnuda de su estómago. Instintivamente su cuerpo trató de alejarse de ella, pero eso sólo hizo que se presionara más cerca de Vagh'Rasher, su nuca sobre la rígida superficie que eran los pectorales del monstruo. Tuvo que literalmente doblar el cuello para poder mirar a los ojos al General.
―¿No dijiste que querías que te rajara por la mitad?
―¿Qué?
Vagh'Rasher parecía estar divirtiéndose. ―Me pediste... no, me rogaste, que te rajara por la mitad, John, ¿no lo recuerdas? ―El filo del arma lo raspó ligeramente. Los labios del monstruo se estiraron en una sonrisa llena de malicia―, pero ¿no era con esto, verdad?, ¿con qué querías que te rajara, John?
Maldito bastardo.
―Vete a la mierda ―siseó John entre dientes, cada palabra acentuada con veneno.
Sintió la mordida del acero en su abdomen, una línea roja apareciendo. Era una cortada superficial, pero eso no impidió que John soltara una retahíla de insultos. La espada se manchó de rojo, su brillo plateado adquiriendo un tono rojizo.
Inesperadamente, Vagh'Rasher le pasó la palma de su mano por la parte inferior de la cara, embarrándose de la sangre que le salía por la nariz.
―Ah, delicioso ―suspiró, la punta de su delgada, larga y rosada lengua lamiendo cada gota del líquido que ahora cubría su mano―, pueda que tenga que drenarte primero y meterlo todo en una botella.
Está tratando de asustarme. Monstruo infeliz.
John estuvo a tres segundos de comenzar a apuñalarlo ciegamente, cuando Charlie notó la presencia del depredador.
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Insaciable: Humano X Monstruo
RomanceJohn, un hábil soldado del campamento oeste de la Resistencia Humana, ha cometido un error en su recorrido del perímetro que lo ha dejado a merced de sus enemigos mortales: los altos monstruos devoradores de hombres con los que llevan años en guerra...