Capítulo 6: Tomioka Giyuu

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Aceleré el paso una vez perdí de vista a mi hermano y corrí por unas dos horas sin parar hasta que llegué a la entrada de la finca de Tomioka

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Aceleré el paso una vez perdí de vista a mi hermano y corrí por unas dos horas sin parar hasta que llegué a la entrada de la finca de Tomioka.

Abrí el portón -que ya estaba desbloqueado- y me adentré en una especie de recibidor de madera. Pero entonces fui sorprendida por la retaguardia.

-¿Hoshino _____? -Escuché cerca de mí la voz fría de Tomioka. Volteé levemente la cabeza para volver a encontrarme con aquellos ojos que tanto me habían encantado desde que los vi por primera vez.

-S-Sí -tartamudeé, cohibida ante la corta distancia que separaba nuestros rostros. Y al parecer él se dio cuenta de eso, porque se alejó considerablemente de mí.

-No pude rechazar la orden porque el cuervo del patrón insistió demasiado -dijo sin más, y se desplazó en un abrir y cerrar de ojos hasta la salida de la casa, por donde mismo entré.

-O-Oye, ¿a dónde vas? -pregunté tratando de seguirle el paso.

-Tengo una misión ahora.

Fue lo único que dijo, por lo que suspiré y me resigné a acompañarlo. Corrimos durante un buen rato hasta que nos adentramos en un bosque. Era momento de hablar.

-¿Puedes dejarme esta a mí? -pregunté, sin atreverme a dejar de mirar al frente.

-Está bien -contestó, sin detenerse-. Pero si veo que las cosas se te van de las manos, yo mataré a los demonios.

Asentí callada. Llegamos a la entrada de una cabaña. Me asomé por la rendija de la puerta y pude ver un grupo de demonios, débiles pero numerosos.

Tomioka abrió los labios para decirme algo, pero yo me adelanté entrando a la cabaña extravagantemente.

-¡Hola, demonios! -saludé, fingiendo alegría-. ¿Interrumpo algo? ¿Tal vez una reunión? ¡Qué triste, déjenme compensarlo acabando con sus vidas de la manera más extravagante posible!

Uzui estaría orgulloso, pensé, satisfecha con mi entrada épica.

-¡A ella! -ordenó con furia uno de ellos a los demás.

Fui decapitándolos uno a uno.

Son muy débiles.

A veces venían de uno en uno, otras venían en grupo, pero no lograron hacerme más que unos cuantos rasguños.

-Ara ara~ Son inofensivos, pobres bestias -me lamenté-. Tal vez debería usar mi respiración para erradicarlos de una vez. ¡Sí, eso haré!

»Respiración de la Glicina. Decimocuarta postura: ¡Explosión paralizante de pétalos venenosos!

Con un solo movimiento de la katana creé una explosión que consiguió paralizarlos a todos. El efecto duraba diez segundos, tiempo que fue más que suficiente para cortarles la cabeza a los que faltaban.

Isekai 異世界 (Tomioka Giyuu y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora