Capítulo 23: Urokodaki Sakonji

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-¿Y bien?

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-¿Y bien?

Aguardé la respuesta de Giyuu por un par de segundos. Y aunque dentro de mí sabía la respuesta, quería oírla de él.

Giyuu se dio la vuelta y me miró con seriedad, confundiéndome. ¿Tan difícil era repetir sus palabras? Caminó hacia mí, e inconscientemente retrocedí al compás de sus pasos. Entonces choqué con una pared y me sobresalté.

Giyuu se acercó más a mí, apoyando la mano justo al lado de mi rostro.

-Eeeh, ¿qué haces? -balbuceé, buscando algún indicio de sensatez en sus ojos.

Cosa que no parecía haber.

No me respondió. Su vista se había clavado ¿en mi cuello? No, más abajo. Sentí un escalofrío al ver que bajaba su rostro y lo enterraba entre mis pechos. Listo, ahora era un tomate viviente.

-¡Hey, mínimo invítame a un café primero! -protesté y Giyuu soltó un ruidito de molestia.

No pensé que fuese a hacer más nada, pero pronto sentí que su haori poco a poco se deslizaba de mis hombros. Me lo estaba quitando. Entonces comenzó a dejar un rastro de besos y mordidas por la piel expuesta del escote del vestido, y una vez el haori estuvo en el suelo, comenzó a jugar con el borde del vestido.

-G-Giyuu.-Suspiré-. Estamos afuera... No hagas esto aquí.

Giyuu se detuvo y alzó el rostro, sus labios no dibujaban sonrisa alguna. ¿Estaba molesto? Tomó mi mentón y acercó su cara a la mía.

-Me pediste que te repitiera lo que te dije hace un rato -dijo, y aquel tono grave que empleó para hablar me puso la piel de gallina-. Es lo que hago.

-¡E-Esto es muy diferente! -Me quejé-. Te pedí una explicación verbal, no una... física.

Mentira, claro que quiero una física. Sólo quiero saber hasta dónde eres capaz de llegar, Giyuu.

Giyuu suspiró.

-Bien, si eso quieres -dijo, y de la nada se me acercó tanto, que pegó su cuerpo al mío nuevamente. Sentí todo tipo de cosas indebidas con ese simple gesto, y aun más las sentí cuando se aproximó a mi oído y susurró-: Tienes prohibido usar prendas de este tipo fuera de esta finca, y si desobedeces eso, atente a las consecuencias.

Eso, eso quería oír. Mis labios culposamente se curvaron hacia arriba en signo de victoria.

-Ah, ¿en serio? -pregunté, como si no pudiera creerlo-. ¿Y cuáles son esas «consecuencias»?

Giyuu contuvo una sonrisa, aunque pude ver que casi no lograba su cometido. ¿Le divertía esto, lo que sea que fuera? En ese caso, yo me estaba divirtiendo el doble. La mano de mi novio viajó hacia mi nuca y me obligó a observar sus ojos.

Isekai 異世界 (Tomioka Giyuu y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora