Capítulo 17: El Tren Infinito

186 24 129
                                    

Los días transcurrieron extrañamente rápido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los días transcurrieron extrañamente rápido. Cuando me quedaba dormida en el asiento, despertaba y le preguntaba a Rengoku si ya había amanecido; me decía que era de noche ya. Tal vez tendría que ver con que estaba en un anime y que esos días que pasó Rengoku en el tren no fueron narrados ni explicados en el manga, por lo tanto, no había razón alguna para alargarlos demasiado. O tal vez solo dormía demasiado, ¿quién sabe?

No había mucho que hacer en el tren más que mirar las nubes y pensar en Giyuu. ¿Qué estaría haciendo? ¿Pensaría en mí? ¿Le habría preocupado mi carta? ¿Estaría con otra? Eran estas preguntas las que me surgían a veces, mas en mi interior sabía perfectamente que podía confiar en mi novio.

Mi novio... ¡se siente tan bien llamarlo así!

Miré de nuevo por la ventana. El paisaje oscuro y poco cambiante me habría resultado tranquilizador si no fuera por el compañero que tenía al lado, que andaba gritando «¡Umai!» con cada bocado que le daba a la comida. Y sí, efectivamente, ese compañero era nuestro querido Rengoku Kyōjurō. A mí me era muy grata su compañía, desde luego, pero no a mis oídos. Y, como me daba pena pedirle que bajara el tono, tuve que acostumbrarme a su voz enérgica.

Dejando eso de lado, Rengoku y yo nos habíamos vuelto más cercanos. Podíamos hablar horas y horas de cualquier cosa y perder la noción del tiempo, lo cual era algo que solo me había pasado con un reducido grupo de personas. No obstante, la calma antes de la tempestad estaba destinada a finalizar en algún momento, y así lo hizo cuando se oyeron las exclamaciones de entusiasmo de Inosuke a través de las paredes.

-Ya es hoy -murmuré.

Aquello captó la atención de Rengoku, que me miró con curiosidad, mas no me preguntó por qué lo decía. Simplemente agarró su duodécimo bento de la noche y comenzó a degustarlo. Con el primer «Umai» solté un suspiro de «Este no tiene remedio» y empecé a comerme mi ramen yo también. Entonces entraron ellos al vagón: Tanjiro, Zenitsu, Inosuke y Ash. Mis ojos brillaron al ver de nuevo a mi trío favorito y al tonto de mi hermano. Pero bueno, era el momento épico donde conocían a un nuevo pilar, así que decidí ponerme en modo serio y seguir degustando mi ramen con tranquilidad.

Los chicos se veían espantados por los gritos de Rengoku -los entendía perfectamente-, pero Ash parecía contento de ver de nuevo a su mejor amigo. Mas, una vez notaron mi presencia, sus rostros se iluminaron.

-¡_____-chaaaaan! -chilló Zenitsu e intentó acercarse a abrazarme, pero antes de que lo hiciera Tanjiro lo detuvo y le pidió que cuidara que Inosuke no se autobaneara del server tirándose por una de las ventanas.

-¡_____, qué sorpresa verte aquí! -dijo Tanjiro con alegría-. Nos habían dicho que solo nos reuniríamos con Rengoku-san. Por cierto, ¿él es...?

Isekai 異世界 (Tomioka Giyuu y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora