Capítulo 11: El juicio de Tanjiro

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-¡****! ¡Mira, es él!

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-¡****! ¡Mira, es él!

Una niña sonrió muy alegre y señaló con el dedo a un personaje de un dibujo animado que aparecía en la TV, mostrándoselo a una mujer.

-Sí, sí. Ya lo vi. -Rió la mujer desde la cocina, mientras lavaba unos platos.

-¡Su nombre es Giyuu, Tomioka Giyuu! -añadió la niña con un pequeño chillido de emoción, viendo cómo el personaje desenvainaba su espada y cortaba el cuello de una criatura bastante rara-. Como es japonés, su apellido va antes de su nombre ¿entiendes?

-Bueno, pero tampoco me pidas que entienda los nombres raros que tienen los chinos esos que te gustan, porque no es fácil. -La mujer suspiró y echó un vistazo a la TV desde la cocina-. ¿Y por qué tanta violencia con el bicho ese?

La niña hizo un puchero y apartó la vista de la pantalla para dirigirla a la mujer.

-¡Es un demonio, ****! -corrigió, un poco cansada de estarlo repitiendo-. Los demonios comen humanos, por eso Tomioka tiene que acabar con ellos para que dejen de comérselos. Tomioka y muchos más, que entrenan día a día para cazar a tantos demonios como puedan. ¡Pero Tomioka es más genial que todos ellos!

-A mí me gusta más el de fuego -opinó la mujer, colocando pensativa un dedo en su mentón-. El que es rubio y tiene ojos dorados... ¿Cómo se llamaba?

-Rengoku Kyojuro, ****, el Pilar de la Flama -respondió la niña con una sonrisa-. Él también es muy genial, pero no más que Tomioka.

-Sí, ese mismo. Aunque es muy joven para mí, así que me quedo con el padre. -La mujer sonrió coqueta, colocando unos cubiertos en su lugar-. Los dos son idénticos.

-¡Sí, como Ash y ----!

-Es verdad. -La mujer rió y terminó por guardar un plato en la alacena. Se secó las manos con una toalla, apagó la luz de la cocina y fue a la sala donde estaba la niña.

Se acercó a ella y acarició su cabello con delicadeza. La niña sonrió, sin apartar la mirada de la pantalla de la TV.

-Sería hermoso estar con ellos ahí -dijo con voz bajita, muy despacio.

-¿Con bichos y todo?

-Sí. Y son demonios.

-¿Y a mí no me extrañarías?

La niña sonrió y negó con la cabeza.

-Claro que no -respondió, como si fuera algo muy obvio-. ¡Porque te irías conmigo! ¡Y ---- y Ash también!

La mujer rió y acarició nuevamente el cabello de la niña.

-Claro, claro -respondió, divertida-. Ahora, ¿qué te parece si vamos a buscar a tu hermano a sus lecciones de piano?

La niña entrecerró los ojos.

-¿Y qué ganaría yo con eso? -preguntó, con desconfianza.

La mujer se colocó la mano en el mentón, pensativa.

Isekai 異世界 (Tomioka Giyuu y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora