Siempre serás mía, pequeña (Editada)

Capítulo 3 (Editado)

3 de Octubre del 2023.
Karol...

-Bienvenida a tu nueva casa, hija.

Miro a mi madre sorprendida. Hay un enorme jardín frente a mi con muchas plantas de flores alrededor.

Al llegar a la entrada de la casa, me encuentro con un recibidor decorado en blanco, negro y dorado.

Después pasamos para la sala, un hermoso y acogedor lugar.

-Sabes que no es necesario todo esto, ¿verdad? -musita mi madre -Puedes quedarte más tiempo con nosotros hasta que Sofía esté más grande.

Miro a mi pequeña de dos meses, quién duerme plácidamente entre mis brazos.

-Dejala volar, mujer -regaña mi padre, yo suelto una risita.

-No, mamá. Es momento de independizarme y formar mi propia familia.

Ella asiente sin decir nada más.

Una chica rubia, alta y de ojos color miel aparece en la sala.

Mi ceño se frunce, un poco confundida.

-Ella es Vanessa -comienza a decir mi madre. -Es Argentina y tiene veintitrés años. Será la empleada doméstica y te ayudará en todo lo que necesites relacionado con la pequeña Sofía.

-No era necesario, mamá.

-Claro que si lo es. Así tú padre y yo estaremos más tranquilos.

-Mucho gusto, Vanessa -saludo amablemente -Yo soy Karol y él es Nicolás, mi prometido.

-Mucho gusto -asiente ella con una amable sonrisa -Bueno, iré a preparar el almuerzo.

-Gracias.

-Nosotros nos vamos, hija.

-Esta bien, mamá.

Los acompaño hasta la puerta y me despido de ellos con un beso en la mejilla.

-Voy a acostar a Sofía en su habitación.

-Ahora te alcanzo, mi amor.

Asiento y empiezo a subir las escaleras. Al llegar al pasillo veo una puerta color rosa clarito.

Abro la puerta encontrándome con la habitación de Sofía. Es hermosa, toda la habitación está decorada de color rosa y blanco.

Me acerco a la cuna y le doy un beso en la frente antes de dejarla en el suave colchón.

-Aveces caes en un profundo hueco donde no encuentras salida, pero después de una tormenta siempre llega la calma y esa calma fuiste tú, quien llegó para iluminar y darle sentido a mi vida, mi niña... Desde que llegaste a mi vida fue para darle color y llenar ese vacío que había en mi -hablo bajito, tapándola con su colchita rosa con ositos -Ahora no importa que no recuerde nada de mi pasado, porque tú pequeña, me llenarás de recuerdos nuevos y hermosos. Te amo tanto, princesa.

Sonrió al verla tan profundamente dormida.

Me enamoro cada día más al ver su carita tan angelical.

Y la primera vez que sus ojitos se abrieron, al ver ese color café y una mezcla de verde alrededor del iris, fue como sentir un mar lleno de sentimientos entremezclados.

-Amor... -el susurro de Nicolás me saca de mis pensamientos.

Dejo otro beso en su frente y me doy la vuelta, conectando mi mirada con la de él.

-Vamos. Ni se inmutó cuando la dejé en la cuna, siguió dormida -musito entre risas.

-Se parece a alguien que conozco, dormilona -dice, pellizcando mi nariz.