Capítulo 4 (Editado)

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3 de Octubre del 2024...
Karol...

Mi vida parece sacada de un cuento de hadas, mejor no puede ser, y es que esta felicidad es gracias a Sofía y a Nicolás.

Y es que hoy es el día más feliz de mi vida, mi pequeñita está cumpliendo su primer añito de vida.

Mientras Vanessa juega un poco con ella yo arreglo los últimos detalles y sonrió orgullosa al ver el resultado; el jardín está decorado de Minnie, los animados que tanto le gusta y muchos globos alrededor de color rosa y blanco.

No será una fiesta grande, puesto que solo vendrán familiares como mis padres, mi primo y mi tía, los padres de Nicolás y una que otra amistad de su trabajo.

Es algo pequeño y familiar.

Voy emocionada hasta el cuarto de mi pequeña y veo a Vanessa jugando con Sofía en el suelo sobre una grande alfombra.

Cuando Sofía me ve sonríe, enseñándome sus cuatros dientecitos.

Ella alza sus manitas y yo me acerco para cargarla, estrechándola contra mi pecho y besando su cabecita.

—¿En que más le puedo ayudar, señorita? —pregunta Vanessa. Yo ruedo los ojos y ella entiende mi señal —Lo siento, Karol.

Ahora sí sonrió.

—Necesito por favor que bajes a la cocina y vayas poniendo los bocadillos en la mesa.

—Claro que si, Karol.

Aplaudo con una sonrisa y ella suelta una risita tímida.

Siempre le llamo la atención por llamarme señorita, no me gusta, además, ella se ha ganado mi confianza y me agrada más si me dice Karol.

—¿Cómo está mi pequeña princesa? —ella suelta una risita, ocultando su rostro entre mi hombro y cuello.

Siempre tiene la costumbre de hacer ese gesto.

La baño rápido y le pongo una bata rosa con bolas blancas, la peino un poquito y le hago dos pequeños moñitos mientras juega con su osito de peluche.

Busco sus zapatitos que combinan con el vestido y sonrió satisfecha, definitivamente estoy embobada con mi pequeña.

Es una princesa.

Niego cuando lleva su mano a la boca y la cargo, bajando con ella en brazos.

Todos nos reciben con sonrisas y felicitaciones para Sofía, quién lo único que hace es reír como si le estuvieran contando el mejor chiste de su vida.

Mi madre se acerca a mi y me la quita de mis brazos. Le encanta cargarla y pasar tiempo con ella.

Es una gran madre y abuela.

—¡Mi amor! —siento unos brazos rodearme por la cintura.

—Hola, mi amor —me doy la vuelta con una sonrisa y beso sus labios.

—Está muy feliz nuestra princesita —murmura, mirándola como sonríe con sus abuelos.

—Si. Y yo también estoy muy feliz —susurro, poniendo mis brazos alrededor de su cuello.

—¿Ah si? —sonríe.

—Si. ¿Y sabes por qué?—niega con la cabeza —Porque te tengo junto a mí... Me haces muy feliz, Nicolás.

Su sonrisa se agranda y puedo ver el brillo en sus ojos.

Sin pensarlo, junta nuestros labios en un dulce beso.

Definitivamente lo adoro.

20 de Noviembre del 2024...

—¡Tranquila, Karol! —pide mi madre por milésima vez.

Siempre serás mía, pequeña (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora