Capítulo 4

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Me desperté con el odioso ruido del celular, busque el celular por toda la cama, y al encontrarlo vi la pantalla a medias y vi que era Daniel, le conteste —Zol, ¿en dónde estás?, te necesito

—¿Qué paso? — le dije en un bostezo

—Recién despiertas, necesito que vengas a mi trabajo — comento rápidamente

—Para

—Es que le mostré al jefe lo que habías hecho con el diseño, le gusto y de repente hoy apareció haciendo preguntas y cuando no supe que contestar en una, pidió a la verdadera creadora

—¿Y? — quería volver a dormirme

—Zol despierta tú lo hiciste recuerdas

—Ya pero ¿y qué?

—Que quiere hablar con el creador es decir contigo

—Dile que se fue del país o que murió ayer — comente sarcásticamente

—Zol — grito

—Es temprano —murmure

—Son las 9 de la mañana — se quejó el castaño al otro lado de la línea

—Temprano

—Dijo que si no venias hasta el medio día me despediría

—Con eso de nuevo — el sueño me ganaba

—Zol por favor, hazlo por mí, por tu querido niño — y comenzó a suplicar

—Ok, iré en una hora

—Gracias

—Ok — corte la llamada que pereza me daba ir.

Me quise dormir de nuevo pero mi subconsciente no me dejaba en paz, entonces me di una ducha para quitarme el sueño, me aliste para irme, puse mi celular, mi Tablet, mis auriculares, uno de mis cuadernos que utilizaba para mis ediciones y los papeles que llevo Daniel ese día, los tenía porque Daniel le metió entre mis cosas.

Al llegar Daniel me dijo que pase, él me estaba esperando en la recepción se le notaba muy preocupado — ¿qué paso?— le pregunte

—Quiere conversar contigo y no se para que, tengo miedo — se quejó mirándome el castaño que ahora quería matar yo

—M... ¿en dónde?

—En su oficina

—Ok — me llevo hasta allá, llegamos y una joven nos miró con una cara de preocupación, Daniel se le acerca —¿Qué paso?

—El jefe está molesto

—Entonces me voy — comente y Daniel me tomo del brazo —no, plis — me hizo ojo de cachorro recién regañado, y me dio pena vendita compasión

—Ok — y el chico que vi al lado del chico de traje ayer sale y respira profundamente, diablos, nos mira y acercándose a Daniel le dice —estamos perdidos

Me miro —esta de muy mal humor — comento Daniel

Me miro el chico y pregunto —tú eres

—La que diseño lo que pidió el jefe — comento Daniel sin dejar que hablara el otro chico

—No, eres la chica de ayer — afirmo el chico mirándome detenidamente

—Si — afirme

—No trabajas aquí ¿verdad? — comento el joven

—No

—Con razón no encontré tus datos —me miro

—Es mejor que pases antes que sea las 12 y empiecen a rodar cabezas — comento Daniel, puso sus manos en mis hombros —especial la mía — suspiro

—En serio

—Si — asintieron todos

Parece un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora