Parece un demonio

Capítulo 17

Me comenzó a comentar te lo que se trataba y todo lo que deberían hacer, demoramos en hacer su trabajo toda la tarde, era el día libre pero Daniel tenía que trabajar y por ende yo también.

Al día siguiente al llegar a la oficina Daret me mira y esa mirada es como que me mandara a hacer algo que no querer —Zol

—Daret

—Mi querida estrella, mi pequeña trabajadora, ni chica alegre

—Ya dilo — si definitivamente me mandara al demonio

—Cómo llegaste tarde tienes que llevar esto al jefe — y me mostro una carpeta

—Yo

—Lo está pidiendo

—yo

—Si

Mire alrededor y todos asintieron con la cabeza

—En serio todos se pusieron de acuerdo

—Es que Zol, tu podrás salir bien de allí

—Ah... — deje mis cosas en la mesa y me fui a la oficina del demonio

Cuando llegue Daniel se me acerca diciéndome —el jefe no está de buen humor hoy, sería mejor que no lo molestes

—Pero lo pidió

—Suerte que lo necesitaras — y se fue

Toque la puerta y entre, él me miro con esos ojos de color miel enfurecidos —si toque la puerta

—m...

Me acerque a su escritorio —es lo que solicitaste

—Deja ahí y puedes irte — me dijo señalándome la mesa con lo que pude notar que su mano estaba herida

—¿Qué te paso? — pregunte siguiendo mirando su mano

—Nada — y oculto su mano

—En serio — deje la carpeta en la mesa y me acerque y le tome la mano para verla había heridas en sus nudillos

—No es nada déjalo que tengo que trabajar — quito su mano

—Deja de decir eso cuando las cosas no son así

—Zol

—Tienes algún botiquín aquí — lo ignore necesitaba al menos limpiar sus nudillos

—No te iras

—No

Me señalo en donde estaba y me dejo curarlo, y comento —¿por qué lo haces?

—hacer que

—ayudarme

—¿no debería? — pregunte dejando el botiquín en su lugar

—Soy mala persona, las personas lo comentan

—Y porque lo dicen tengo que creerlo — le mire —prefiero conocer a las personas por mí misma cuando hay tantos comentarios malo como buenos

—¿buenos?

—me tengo que ir

—Zol deberías de alejarte de mí, soy mala persona

—Sabes no soy buena para hacer caso — y salí de su oficina