𝐃𝐈𝐍𝐀𝐒𝐓𝐘
; Nadie podía salvarla de la oscuridad y el caos en el cual había caído tras su matrimonio con Viserys Targaryen.
Pero haría lo posible para salvar a los que ama y sobretodo su deber de mantener de pie el linaje Targaryen.
DESEMBARCO DEL REY, capital de los siete reinos y lugar en el que la familia real tenía su asentamiento, muchos describían el lugar como cálido. Aunque desde algunas semanas se convirtió en un lugar rodeado de melancolía y nostalgia, la reina consorte había fallecido dando a luz un heredero para la corona pero pocas horas después se fue del mundo para acompañar su progenitora.
El rey fue hostigado por su corte para que siguiera con su deber y la hora de tomar a una segunda esposa había llegado a tocar las puertas de la fortaleza. Su consejo fue citado al punto máximo del sol y la compañía del protector de norte sorprendió a muchos.
— Sean bienvenidos a esta inesperada reunión — el Targaryen recibió a los hombres con nerviosismo, lo cual era común en el hombre por los crueles días que se encontraba viciando. — Quiero agradecer a cada uno por venir lo más rápido que pudieron, Lord Rickon es un honor abrir las puertas por su tan comprometida labor en el norte.
El hombre cubierto de las más intimidante prendas asintió con formalidad, por su parte su joven hija miraba a su alrededor con curiosidad, especialmente a una preciosa joven de cabellera blanquecina.
— Como ya muchos lo saben, mi querida está su entreno descanso — muchos pudieron sentir como la garganta del hombre se apretaba ante las palabras dichas. — Mi deber hoy como rey es tomar una segunda esposa por el bien de el reino y la dinastía Targaryen.
Los hombres presentes miraban con un evidente nerviosismo, algunos en los más profundos de sus lentes deseaban que el Targaryen desposara a sus hijas para traer honor y orgullo a sus casas. Tal como pensaba Otto Hightower, mano del rey, el cual se encontraba sentado a la izquierda del rey acompañado de su tímida pero hermosa hija.
— Fue una decisión difícil pero he decidido desposar — una pausa dramática fue impuesta por el hombre generando un ambiente tenso — He decidido casarme con... Lady Lyra Stark a principios del verano.
La joven norteña fue tirada hacia la realidad, sus orbes habían abandonado aquel brillo que presentaban en un inicio para tornarse grises y apagados. Los hombres disgustados por la decisión, bufaron con frustración hacia la joven, provocando que la norteña mirara a su padre en busca de explicaciones.
La decisión sorprendió al norteño con la guardia baja, sus manos se movían nerviosamente debajo de la mesa sin saber que decir a su joven hija, pero decidió que era mejor aparentar felicidad y honor.
— Su gracia, nos halaga ante su decisión, el norte estará agradecidos y nuestros hombres serán leales a usted — cada palabras azotaba el corazón de la joven de orbes miel, sus oídos era fuertemente aturdidos.
Su estado fue observado con detenimiento por la princesa que recientemente fue nombrada heredera del trono de hierro, la peli blanca podía observar cómo la joven no era más que unos pocos años mayor que ella.
Sin más todos fueron retirándose con lamento y decepción ante lo decidido, el señor de las mareas se retiró envuelto en furia ante la falta de respeto a su casa por el rechazo del monarca su hija.
La norteña fue guiada por su progenitor por los pasillos transitados, sus pies se movían por inercia. Sus aposentos la recibieron con frialdad y con pocos rayos del sol cola donde por la cortinas cerradas.
— No quiero ser reina — su voz viajó a los oídos de su padre, ambos se encontraban sentados en la cama de la joven. — Quiero volver a casa, mi hermano.. que será de él sin el cariño de una hermana, tengo que estar con él en sus primeros pasos.
El hombre podía sentir el nudo formado en la garganta de su joven primogénita, el norteño años atrás prometió a su esposa que su hija sería líber de buscar al indicado para compartir sus días hasta su muerte.
— Yo lo lamento — se lamento con los orbes cristalinos. — Estas siendo condenada a ser reina y procrear hijos, mientras yo solo puedo mirar como te arrebatan de nuestro hogar.
Ambos se miraban con lágrimas danzando en sus mejillas blanquecinas, sabían que desde ahora todos cambiaria para bien o para mal. El sol lloro con ella, que decido esconderse detrás de las nubes y dejar que estas lloraran sobre la capital.
Muchos tomaron aquellas nubes y lluvia fría como un presagio de lo que se podía avecinar pero decidieron callar, no pudieron protestar ante la inocencia y tristeza que cargaba la futura reina consorte.
Los dioses observaban en silencio, un ambiente tenso se respiraba ante la resiente disputa que tomó lugar a causa del destino decidido para la muchacha
Nota de Lina✫彡
HOLAAA!! Estoy muy emocionada por esta historia, tengo muchas ideas geniales aunque algunas no sigan muy bien la serie pero el que no tenga miedo a morir es no nazca.
Me gustaría que comentaran si encuentran algún error ortográfico o falta de comas al igual que puntos, ya que eso me ayudará a mejorar como escritora.
