𝐃𝐈𝐍𝐀𝐒𝐓𝐘
; Nadie podía salvarla de la oscuridad y el caos en el cual había caído tras su matrimonio con Viserys Targaryen.
Pero haría lo posible para salvar a los que ama y sobretodo su deber de mantener de pie el linaje Targaryen.
EL ALBA SE PRESENTÓ. La joven reina despertó con nerviosismo en su interior, las doncellas se encargaron de darle un baño para luego arropar su cuerpo de tela y joyas.
— Mi reina, el desayuno pronto será servido —comentó la joven doncella desde la puerta.
— Me gustaría desayunar con mi esposo — se observaba en el espejo al ver que se encontraba ya preparada. — iré yo misma hoy Delia, puedes retirarte.
La joven pelirroja se retiró en silencio. Lyra se encaminó en pasos lentos en dirección a los aposentos del Rey preparada para lo que sea, sentía sus puños apretarse ante los recuerdos vividos durante su estadía en la fortaleza.
Al llegar enfrente de las puertas vio como los guardias se removieron incómodos con su presencia, cosa que la inquietó.
— Buenos días — saludo con una sonrisa a los hombres. — pueden darme permiso he venido a ver al rey.
— El rey está ocupado en algunos asuntos mi reina — incómodo de la situación respondió.
— He pedido permiso pero veo que me veré obligada a entrar a la fuerza — la joven norteña remangó las magas de su vestido.
Empujó gentilmente a los hombres para abrir las puertas en un golpe sordo. La sala se encontraba vacía cosa que la motivo para adentrarse al lugar de descanso.
Diviso con dificultad al hombre dormido pero su lado se podían ver cabellos castaños casi rojizos. Se acercó con lentitud para encontrarse a Lady Alicent Hightower recostada con el hombre.
— Querido, he venido a desayunar — el tono de la joven era evidente se encontraba enojada.
El Targaryen se sobresaltó al ver a su esposa parada a un lado de la cama con su rostro neutro.
