Capítulo 1

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- Tengo hambre. - susurré observando el reloj del salón de clases.

Malditas clases, son eternas.

- Yo igual. - susurró mi mejor amiga.

- ¿Vendrás conmigo hoy, o también me dejarás sola para irte a coger a los baños?. - pregunté observando a Sarah.

- Solo ha sido una vez, Scarlett, no seas exagerada, además... - fue interrumpida por la maestra Cate.

- Paulson y Johansson, ¿quieren compartir con la clase su interesante conversación, o prefieren mantener la boca cerrada?. - preguntó Blanchett.

- Nos quedaremos calladas. - dijo Sarah, y tapó mi boca antes de que comenzara a hablar. - Es el primer día, Ingrid, no quiero una anotación. - susurró y yo giré los ojos.

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La hora del recreo había llegado, y como supuse, Paulson me abandonó por ir detrás del trasero de Blanchett.

¿Quien diablos se enamora de una maestra?.

Raros.

Sin duda, amar y sentirse amado es algo hermoso, pero bajo mi parecer, no es del todo correcto que alguien de mi edad esté con alguien mayor.

Obviamente apoyo a Sarah, es mi mejor amiga y jamás dejaría de apoyarla en nada, pero siento que esto no está del todo bien; digo, se llevan ocho años...¿realmente está bien algo así?...

En fin, cada quien.

Ya que estoy sola, gracias a que todas mis amigas tienen novio o novia o...lo que sea, leo, escucho música y simplemente...sobrepienso.

¿Por qué es tan difícil conectar con alguien?.

¿Por qué es tan difícil ser suficiente para alguien?.

Estaba sumida en mis pensamientos, hasta que vi pasar a una castaña con un cigarrillo en la mano.

Vestía un traje negro, tacones del mismo color, si cabello caía sobre sus hombros en ondas, su labial resaltaba gracias al rojo intenso.

Su presencia fue casi efímera, pasó destrozando todo a su paso...diría que se llevó todas las miradas, pero yo era la única en este lugar, así que mis ojos fueron los únicos que robó.

¿Quien es ella?...

Siento que la he visto...

Al parecer no me vió, ya que está fumando a solo unos metros de mi.

Decidí irme, ya que se veía realmente estresada, y mi presencia no creo que fuera necesaria.

Miré la hora en mi teléfono, y ya tenía que entrar a clases.

Ni siquiera me sé el horario, y no puedo preguntarle a Sarah, porque de seguro debe estar cogiendo con la peliteñida de Blanchett.

Ha hecho llorar a Sarah más de una vez, no me pueden culpar por no aceptarla del todo.

Entré al que según el letrero de la puerta, era el salón de literatura.

Me senté en el penúltimo puesto, ya que odio estar al frente, y unos segundos después, el salón de llenó totalmente.

Unos tacones resonaron por todo el silencioso pasillo, y luego la vi cruzar por el umbral de la puerta.

¿Era una maestra?...

Diablos, pensé que era alguna egresada o la madre de alguien...

Es linda, bueno...todas las maestras de aquí son lindas...hay algunas que tienen una personalidad de mierda, pero eso no les quita lo lindas.

Here we go again Donde viven las historias. Descúbrelo ahora