Capítulo 19

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Mis ojos estaban sobre los suyos, sus manos acariciaban mis muslos por debajo de la falda que llevo puesta, mientras mis manos acariciaban su nuca con suavidad.

Sus manos pasaron de mis muslos a mi cintura, casi pude escuchar los latidos fuertes de su corazón, gracias a su nerviosismo.

- Te ves tierna cuando estás nerviosa. - murmuré con una leve sonrisa.

- Basta... - murmuró sonrojada.

Me acerqué a besarla, y comencé a moverme ligeramente sobre sus muslos.

- No, No, No... - susurró tomándome de las caderas para que me detuviera. - Ahora no, no quiero que creas que solo re traje a mi casa para acostarme contigo... - murmuró sonrojada.

- ¿Y no vine a eso? - levanté una ceja.

La molestaré un poco...

- ¿Qué? - preguntó. - ¡No, o sea, si tú quieres, pero, inicialmente no era para eso! - dijo de forma rápida y nerviosa.

- Estaba jugando, lo siento, Amor. - murmuré riendo.

Disoció durante unos segundos y, luego me besó como si su vida dependiera de ello.

- ¿No que no querías? - pregunté sobre sus labios.

- Es verdad... - dijo separándose de mi. Jadeé con frustración y giré los ojos. - ¿Tienes hambre? - preguntó.

- No... - respondí.

No de comida...

- ¿Qué hacemos? - preguntó.

- No lo sé... - murmuré. - ¿Qué quieres hacer? - pregunté.

- ¿Quieres conocer la casa? - preguntó y asentí.

Me levanté de su regazo y la ayudé a levantarse del sillón, tomó mi mano y comenzó a guiarme hacia algún lugar de la casa.

Es linda, tiene buen gusto.

Es algo grande para ella sola, sin embargo, tiene bastantes cosas.

- ¿Vives sola? - pregunté observando a mi alrededor.

- Si, a veces vienen mis hermanos de visita, lo máximo que se han llegado a quedar, ha sido una semana. ¿Por?

- Curiosidad.

- Siento que no nos tenemos tanta confianza... - dijo de la nada, mientras entrábamos a su habitación.

- ¿Qué? - pregunté confundida.

- Aún te siento algo distante, no actúas así con alguna de tus amigas... - dijo algo tímida. Sonreí.

Es realmente tierna cuando quiere...

Me acerqué a besarla suavemente, sus manos fueron a mis muslos, cargándome para dejarme sobre su cama.

Se acomodó entre mis piernas sin dejar de besarme, sus manos comenzaron a bajar el cierre del suéter que llevo puesto y, para su sorpresa, solo llevo sujetador debajo de éste.

- Te necesito, Lizzie... - susurré sobre sus labios.

Sentí como comenzó a quitarme lentamente el suéter, dejándome solo bra, comenzó a repartir besos desde mi cuello hasta el centro de mis pechos, mientras sus manos me sostenían de los muslos.

Bajó la falda que tenía puesta, dejándome solo en ropa interior, bajando sus besos de mis pachos a mi abdomen, sin dejar de acariciar mis muslos.

- Quiero ir lento, quiero que lo disfrutes, no quiero que sea solo sexo... - dijo conectando sus ojos con los míos.

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