Capítulo 25

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S

- Ésto no debería estar pasando... - murmuré sobre sus labios. - No tendré sexo contigo ahora, Elizabeth. - me alejé un poco.

- ¿Quien dijo que tendríamos sexo? - murmuró besando mi cuello.

- Tus acciones lo dicen... - metí mis manos debajo de su blusa, y comencé a tocar su abdomen y cintura de forma suave.

- No me provoques, Ingrid... - murmuró sobre mi mejilla.

- Necesito olvidar todo un rato... - jadeé sobre su oído. - Hazme olvidar todo el estrés que he estado sintiendo... - subí mis manos hasta sus pechos y los apreté suavemente.

- Dios, a veces no te soporto. - se quejó, me tomó de los muslos y me subió sobre la mesa de los lavamanos.

- Nos pueden ver... - murmuré agitada.

Me tomó de la cintura, envolví mis piernas al rededor de su cintura, y en menos de un parpadeo estuvimos dentro de uno de los cubículos.

Chocamos contra alguna pared, y comenzamos a besarnos desesperadamente.

Volví a meter mis manos dentro de su blusa para apretar sus pechos.

- Te necesito... - gemí suavemente sobre sus labios. - Necesito sentirte...

- Nunca habías sido tan expresiva, me gusta. - dijo y besó mis labios.

Sentí su mano deslizarse entre mis piernas, las cuales estaba abiertas por la posición en la que nos encontrábamos.

- ¿Puedo? - preguntó antes de meter su mano dentro de mi ropa interior.

- Deja tanta formalidad, Olsen. - giré los ojos y ella sonrió, segundos después, sentí sus dedos entrar en mi.

- Oh Dios... - gemí en un tono algo alto, provocando que ella me tapara la boca con la mano que no estaba usando.

Sentía sus dedos entrar y salir a una velocidad casi inhumana, mis gemidos chocaban contra la palma de su mano, logrando escucharse los quejidos a un volumen moderado.

Mis uñas comenzaron a rasguñar su cintura, gracias al placer tan grande que siempre lograba provocarme.

Sentirla dentro de mi después de todo lo que he estado pasando es totalmente placentero.

Quería que esto para antes, siendo totalmente honesta...

Comencé a retorcerme sobre ella, intentando avisarle que se detuviera.

Saqué mi mano de donde la tenía y la puse sobre su brazo para que me dejara hablar.

- Detesto a Johansson, es una zorra. - escuchamos que dijo alguien desde afuera.

- ¿Por qué odias a Scarlett? - preguntó alguien desconocido.

- ¿No es obvio?

Siento que he escuchado esa voz en alguna parte...

- No, por eso pregunté.

- Todo en ella me molesta, su físico, su personalidad, su voz, sus ojos, su cabello...

- Creo que no es odio lo que sientes, Amber. -

¡¿Amber?!

¡¿Heard?!

No puede ser.

Mis ojos conectaron con los de Lizzie, quien estaba tan sorprendida como yo.

- ¿Sabías de esto? - susurró.

- ¿Qué crees? - giré los ojos.

- No me mires así. - giró los ojos.

- Cállate, no escucho lo que dicen.

Volvimos a quedarnos en silencio para poder escuchar lo que Amber y su amiga decían.

- No seas ridícula, deja de insinuar cosas extrañas.

- ¡No dije nada!

- Sé lo que querías decir.

- ¡Te gusta Johansson! - gritó.

- ¡Cierra la boca, Cohan! - gritó.

- Dios mío. - susurró Olsen en un tono de desaprobación total.

- ¿Estás celosa? - enarqué una ceja mientras sonreía.

- Cierra la boca, nos oirán.

- No puede ser, si lo estás. - reí suavemente.

Saltamos del susto al escuchar a alguien tocar la puerta del cubículo en el que estábamos.

- ¿Quien está ahí? - preguntó Amber.

Mierda.

- ¿Por qué saben que hay alguien aquí? - susurró Lizzie.

- Porque la puerta está cerrada, ¿no es obvio?

- ¿Hola?

- Está ocupado. - dije y luego escuché sus pasos alejarse.

- Creo que se fueron... - susurró Lizzie.

- Tal vez...

- Creo que Amber te reconoció, así que, probablemente salió corriendo porque se sintió avergonzada.

- Que inteligente.

- Cállate.

- Cállame. - sentí sus labios chocar contra los míos de forma violenta.

Dios, creo que ahora si está molesta...

Me tomó del rostro con fuerza, sin despegar su boca de la mía y dejándome sin movilidad.

Era un beso en el que reinaban dos emociones, la ira y la lujuria.

Se que la lujuria no es como tal una emoción, pero, ¿cómo podría describir la excitación, el deseo y el amor en una sola emoción o sentimiento más que en eso?

Y es gracioso como ambas, siendo totalmente opuestas, en este momento estén resaltando tanto.

El beso era tan desordenado que, ni siquiera nos tomábamos el tiempo necesario para respirar.

- A veces no te soporto. - dijo después de morder mi labio inferior y soltarlo. - A ti y a tu belleza exagerada.

- Me gusta cuando te pones celosa, hazlo más de seguido. - murmuré sonriendo.

- Dios, cierra la boca. - sonrió.

- Salgamos de aquí, deben estarnos buscando. - murmuré.

Sentí sus labios besarme fugazmente antes de alejarse y dejarme por fin tocar el suelo.

- Dios, me duelen las puertas... - murmuré.

- ¿Te duelen las qué? - preguntó riendo.

- ¿Qué dije? - pregunté.

- Dijiste "Me duelen las puertas" - dijo entre risas.

- Te odio. - murmuré riendo mientras me acercaba a la puerta para abrirla.

Ambas salimos sigilosamente del baño, observando a nuestro alrededor si había alguien cerca.

- Hasta luego señorita Johansson.

- Hasta luego.

Maldita, la amo.


Nota

YOOO LA MÁS PERDIDA BUAJAJAJA

Es que, yo no tengo problemas, los problemas me tienen a mi🫦

Here we go again Donde viven las historias. Descúbrelo ahora