cap 10

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Habían transcurrido ya varios días desde que el bando de Dabi se había enfrentado al de shigaraki, y el ambiente era un caos total.

Los medios de comunicación estaban infestados por dicho evento, anunciando la gran cantidad de cadáveres encontrados en la zona de enfrentamiento.

Los médicos forenses tenían bastante trabajo anunciando la identidad de cada cuerpo nuevo que llegaban a sus morgues.

Los noticieros estaban llenos de familias en luto exigiendo al gobierno y sobre todo a los héroes que se hiciera justicia por lo ocurrido.

Otras imploraban que se dedicarán a encontrar a sus familiares desaparecidos, ya que tenían el gran miedo de que les llegará la noticia de que lo habían encontrado muerto.

—"Se supone que los héroes están para protegernos, pero realmente no están haciendo nada con este infierno que se está soltando"— citaba el periódico en la portada de su noticiero las palabras de una mujer que fue entrevistada tras enterarse de la muerte de su hijo después de que llevará 2 años desaparecido.

Dabi dejo caer el periódico en su escritorio para después apagar con el su cigarro, soltó el humo que aún quedaba en su pulmones y se acomodo mejor en su silla.

Su cuartel era un caos completo, su laboratorio de drogas aún estaba en reparación por lo que uno de los pilares de su negocio estaba completamente pausado.

Los dealers de Dabi fueron encerrados temporalmente en lo que podían volver a su trabajo, sin embargo tenía que asegurarse que ninguno de ellos aprovechará la oportunidad de escapar, por lo que fueron "temporalmente secuestrados".

Gracias a eso, los reportes de desaparecidos aumentaron considerablemente provocando que muchos héroes comenzarán a fijar sus ojos en esos casos.

Otro de los grandes problemas era que la trata de personas se había vuelto más complicado, esto gracias a qué sus compradores comenzaban a exigir más "variedad" o algo que fuera más "entretenido".

Dabi suspiro hondo mientras fruncía su ceño y mordía levemente la uña de su pulgar mientras divagaba en sus pensamientos.

— jefe, ¿Puedo pasar? — pregunto un guardia al otro lado de la puerta — trajeron algo que quieren que vea — dijo esperando una respuesta.

— Adelante — respondió el peli negro  mientras sacaba otro cigarro y lo prendía.

El guardia abrió la puerta y Dabi pudo observar como entraba con un niño de aproximadamente 11 años, encadenado de pies y manos  completamente asustado.

— ¿Esto que es? — dijo mientras se ponía de pie y se acercaba a paso lento.

— es la nueva propuesta de  mercancía — dijo el guardia mientras empujaba al niño — muchos de nuestros clientes quieren que nuestros productos sean más... estrechos — dijo mientras veía como su jefe lo escuchaba con detenimiento.

Dabi se agachó levemente hasta quedar cara a cara con el niño, dejó salir el humo provocando que el pequeño comenzará a toser por el olor.

— ¿Cuál es su casta? — pregunto mientras tomaba de las mejillas al menor y empezaba a ladear su cabeza para ver sus facciones a detalle.

— aún no se sabe, pero parece ser que puede ser un alfa — respondió el guardia — aún así los clientes están de acuerdo con que sean de casta alfa.

— ¿cuánto ofrecen por el? — pregunto el peli negro mientras volvía a su asiento y absorbía un poco más de su cigarro.

— ofrecieron ochocientos mil yenes — respondió el guardia.

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