"¿Te has vuelto completamente loca?" preguntó Ron al atravesar las llamas verdes del Floo.
"Aquí todos estamos locos", entonó Hermione sin humor. Estaba sentada en el sofá frente al fuego, con los ojos vidriosos y el estómago revuelto. Hacía media hora que habían vuelto. Su nuevo marido había preferido Floo solo, retirándose a su habitación muy débil, sin dirigirle la palabra. No podía culparlo. Volvía a estar atado a alguien contra su voluntad, y esta vez bajo la condición de un vínculo de alma, una de las magias más poderosas que existían. Se merecía estar de mal humor.
Sus ojos recorrieron a Ron, y su corazón se estrujó al contemplarlo. Como de costumbre, tenía hollín en las pecas y en los hombros de la capa. Ni siquiera se atrevió a murmurar un encantamiento de limpieza como hacía normalmente. Estaba en pie de guerra y, al igual que no podía culpar a Snape por su actitud, tampoco podía culpar ahora a Ron por su furia. Por una vez, no se atrevió a desafiarlo. Había salvado a Snape, pero había destruido su relación con la persona a la que siempre había deseado amar. ¿Cómo era que seguían sufriendo después de haber ganado la maldita guerra? ¿No habían sufrido suficiente?
"¿Cómo dejaste que pasara esto?" le preguntó Ron a Harry, acercándose amenazadoramente.
"¿Dejaste?" Harry negó con la cabeza. "Nadie es el jefe de Hermione. Ya lo sabes, amigo. Su decisión estaba tomada".
Hermione se abrazó las rodillas contra el pecho, deseando desaparecer. "No finjas que no me apoyabas al cien por cien", reprendió a Harry. "Tú tenías la misma idea cuando se leyó el veredicto".
Harry asintió con la cabeza. Se pasó una mano por el pelo y miró a Ron. "Fue una locura", le dijo a su amigo, intentando hacerle comprender. En realidad, era una causa perdida. Ron, una vez alterado, no se calmaba fácilmente. "Iban a convertirlo en un Squib".
"¡¿Y por qué coño debería importarnos?!" bramó Ronald. "Nos hizo la vida imposible durante seis años y ahora todo es, oh, en realidad es un héroe, ¿vamos a casarnos con él?". Las venas se le hinchaban en las sienes y en la frente, y tenía la mandíbula tan apretada que parecía que se le iban a romper los dientes.
Hermione no estaba segura de haberlo oído nunca tan enfurecido, ni siquiera cuando llevaba demasiado tiempo con el medallón del horrocrux. Mientras él centraba su furioso fervor en ella, ella temblaba y se agarraba desesperadamente las rodillas, preguntándose si podría replegarse sobre sí misma lo suficiente como para disiparse por completo.
"¿Qué pasa con nosotros, Hermione? ¿Y nuestro futuro?" Ron se adelantó de repente y la agarró dolorosamente por los brazos, con una mirada desesperada en su rostro moteado.
"Ron, me haces daño", susurró, con los ojos llenos de lágrimas. No solía dudar de sí misma, pero ahora se lo estaba cuestionando todo. Sólo había pensado en el futuro de Snape, no en el suyo. Pero no había sido una acción desinteresada, sino egoísta. Una cosa era tirar por la borda su propio futuro para salvar el de otro, pero también había desbaratado el de Ron. Sintió que se derrumbaba, cediendo a la oleada de humedad que se había acumulado en sus ojos.
Harry agarró a Ron y le quitó las manos de encima de Hermione. "Suéltala, amigo".
Los ojos de Ron se llenaron de lágrimas furiosas y se zafó bruscamente del agarre de Harry. "¿Cómo esperas que la suelte, exactamente? Aún estoy intentando olvidar a mi hermano muerto. ¿Ahora también tengo que renunciar a mi novia? ¿Qué será lo próximo?" Se agarró los mechones pelirrojos, parecía trastornado. Hermione se preocupó por su cordura. Un sollozo torturado salió de su garganta, y él la miró, con los ojos muy abiertos.
Cayó de rodillas ante ella, sus manos se enroscaron alrededor de sus piernas mientras la miraba suplicante. "Por favor, Hermione. Por favor, deshaz esto. Te necesito, ¿no lo ves? Te necesito".
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𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢𝐚 || 𝐒𝐞𝐯𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞
FanfictionSeverus Snape ha sobrevivido a la guerra, pero debe enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Cuando su magia está en peligro, Hermione Granger acude en su ayuda, y las consecuencias de ello pondrán en tela de juicio todo lo que han conocido.