El lunes amaneció demasiado temprano, pero Severus estaba en la mesa para desayunar, y se sorprendió cuando Hermione entró volando y le plantó un beso en la mejilla, y luego se dirigió a Potter en su rutina habitual de besar la mejilla del chico al salir. No estaba seguro de si le había parecido una sorpresa agradable, teniendo en cuenta la cara de diversión que puso el chico cuando ella se alejó a toda prisa, pero la sonrisa de complicidad que Severus le dedicó en respuesta hizo que Potter se volviera con las mejillas coloradas.
Severus se permitió regocijarse en su interior por el afecto que le profesaba Hermione. Habían pasado juntos todo el día y toda la noche del viernes, explorando a fondo el cuerpo del otro, poniendo a prueba con vacilación su vínculo anímico. Ella no era una Oclumante, pero era experta en aislarse de él cuando lo consideraba necesario. Se dieron cuenta de que, a medida que su relación sexual se volvía más apasionada, era casi imposible mantener sus mentes cerradas el uno del otro, y no tenían ningún deseo de hacerlo, ya que amplificaba su placer diez veces. Se sentía como si fuera otra persona cuando se movía dentro de ella; no un antiguo mortífago oscuro y lleno de culpa, sino un hechicero invencible, bañado en luz. Sabía que era la magia de ella la que lo envolvía, lo capturaba, lo embelesaba. Ella era una revelación para él, deseosa de comprometerse, y él quería creer que era realmente ella y no su vínculo. Jamás habría creído que Hermione Granger se convertiría en su diosa, que él adoraría su cuerpo una y otra vez y que ella ardería ante tales atenciones por su parte. Aquello lo conmocionó hasta la médula, y luchó con todas sus fuerzas contra la oleada de culpa por su lealtad a Lily, que se desvanecía cada vez más, y contra la afirmación en su interior de que no se merecía algo tan puro después de todo lo que había hecho. Tuvo que luchar contra ello, porque empezaba a darse cuenta de que no podía dejarla marchar.
La había dejado a regañadientes durante el fin de semana, dándole excusas fáciles, pero había visitado en secreto a sus padres en Australia para evaluar el daño causado en su mente. Necesitaba ponerse a trabajar de inmediato, y tenía alguna idea de por dónde empezar, pero temía el envío de aquella lechuza.
Acababa de terminarse el té y salía de la cocina para ponerse a investigar cuando entró la señorita Weasley, con expresión sombría. Lo saludó con la cabeza al pasar, pero se dirigió directamente hacia Potter. Severus se detuvo junto a la puerta y fingió interesarse por los andrajosos libros de cocina que había al final de la encimera, una idea ridícula, pero el tono grave de la pelirroja le hizo escuchar con atención.
"George lo encontró esta mañana, tirado con no menos de tres brujas desnudas".
Potter enarcó las cejas. "Bastante ambicioso por su parte, ¿no?". Se ajustó las gafas en la nariz mientras cogía la mano de su novia y le frotaba los nudillos con el pulgar. "Pero esto es algo bueno, ¿verdad? Está avanzando".
La pelirroja suspiró y se dejó caer en la silla vacía a su lado. "No es nada bueno, Harry. Ha estado saliendo con una bruja nueva cada noche, y ahora va a faltar al trabajo porque se ha sobrecargado de zumo Bin y sexo. Se está autodestruyendo".
"Hablaré con él", le aseguró Potter tranquilizándola. "Está luchando por salir adelante. Lo solucionaremos".
Ginny sacudió la cabeza con tristeza. "Ni siquiera el hecho de que mamá le tapara las orejas pareció surtir efecto. Se frotó la cabeza con cansancio. Y Hermione se pondrá hecha polvo cuando se entere. Y lo hará, por mucho que intentemos ocultárselo. Cada bruja que ve Ron va directa al diario El Profeta para regodearse de su noche salvaje con el héroe de guerra".
"Hermione odia el Profeta".
"¡Harry! No estás entendiendo. Tenemos que encontrar una manera de hacer control de daños en esto".
ESTÁS LEYENDO
𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐦𝐢𝐚 || 𝐒𝐞𝐯𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞
FanfictionSeverus Snape ha sobrevivido a la guerra, pero debe enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Cuando su magia está en peligro, Hermione Granger acude en su ayuda, y las consecuencias de ello pondrán en tela de juicio todo lo que han conocido.